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Jungkook había decidido bañarse y asearse antes de ayudar a Jimin con sus primeras tareas en la finca. Primero se encargaron de cortar a Gyumsil y preparar la carne echándole sal para ahumarla en el horno. Jimin le contó que la ahumaba durante una semana para que se preservara bien y durante mucho tiempo una vez la sacara. Después de eso las tareas fueron más variadas y Jimin le enseñó a hacer varias cosas y le hizo un recorrido por toda la finca. Primero por la casa principal, la cual era enorme. Jimin le contó que su familia era grande así que por eso había tantas habitaciones, además de que manejaban un gran grupo de trabajadores que alimentaban ciertos días, y entonces Jungkook se dio cuenta de la razón por la cual el comedor en el que había estado era tan grande. Sin embargo, había otro más pequeño que era para la familia.

—Pero desde que mis hermanos decidieron irse a distintas partes de Europa y mis padres murieron, ya no es lo mismo —contó con cierta tristeza en su semblante duro, pero rápidamente se recompuso.

Conforme Jimin le mostraba más la casa, más Jungkook se daba cuenta de que estaba muy bien pensada para separar los espacios donde se recibían a los trabajadores de los familiares. Ni desde la sala de descanso pública ni el comedor grande tenían vista a las habitaciones o los pasillos, lo cual a Jungkook le gustaba mucho por la privacidad que daba. 

Cuando terminaron de recorrer la casa principal, Jimin le dio las botas que usaba su madre, las únicas que le quedaban ya que al no tener hermanas su madre era la única mujer de la casa y por tanto con la talla más parecida a la de Jungkook. 

—¿Seguro que no te importa?

—Si nadie las usa de qué servirán —fue lo único que dijo. 

Tenía un ganado, un establo con cuatro caballos, un huerto y un gallinero, entre todo eso las tierras que estaban a su nombre y heredadas de su padre eran hectáreas y hectáreas. Tenía trabajadores con quienes Jungkook fue presentado y Jimin también le explicó más o menos la dinámica que manejaban. Ya que Jimin no tenía esposo que fuera la señora de la casa, la mayoría de las veces él cocinaba para sí mismo o cuando era un día donde un grupo grande de trabajadores estaba ayudándolo con algún trabajo, alguna esposa o esposo de un trabajador cocinaba. 

Jimin quería que Jungkook se encargara de las labores domésticas y de otras cosas como las gallinas o el huerto. Jungkook había aceptado más que encantado. 

—Me alegra escuchar tu entusiasmo. Claro que no te sobrecargaré de trabajo y les pediré a ellos si pueden traer otras dos manos cuando sepa que la comida sea para muchas personas —le había dicho Jimin mientras volvían a la casa al anochecer.

—Menos mal —dijo Jungkook sonriendo—. Cuando vivía en el campo siempre solía ayudarle a mi mamá a cocinar, era bastante duro cuando teníamos trabajadores. 

—Me alivia que tengas algo de experiencia en este estilo de vida, sino hubiera sido muy duro para ti. 

—Aun si hubiera sido un doncel de ciudad toda mi vida, siempre he pensado que hay que moldearse a las circunstancias. 

Jimin asintió en aprobación y el resto del camino fue un silencio cómodo con el sonido de los grillos de fondo y la agradable brisa que cada vez se hacía más fría. 

—Mañana vendrán algunos hombres que nos ayudarán a atrapar a los cerdos y volver a meterlos en el corral. Sé que al principio te dije que me ayudarías con eso, pero es mejor que te quedes preparando la comida. 

—Está bien, sin problema. 

—Bien. 

Cuando llegaron a la casa se lavaron las botas en un lavapatas (a Jungkook le hizo gracia el nombre), que era una bomba manual cerca de la entrada de la casa donde se debía lavar las botas de caucho para dejarlas a un lado del recibidor y entrar a la casa con los pies limpios.

180° ✧ JIKOOK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora