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Frente a mi había un Dios, cuyo Dios estaba sentado en su trono, ese que en un futuro muchos anhelan conocer y poseer

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Frente a mi había un Dios, cuyo Dios estaba sentado en su trono, ese que en un futuro muchos anhelan conocer y poseer. Lumine y yo estábamos arrodillados frente a él, Deshret nos miraba de arriba a abajo con frialdad, mientras sus piernas estaban cruzadas y su codo se encontraba en el respaldo de su trono. Nuestras cosas fueron arrebatadas por los guardias, uno de ellos se había acercado a un hombre alto de cabellos marrones -parecía ser alguien de alto estatus -, solté un suave suspiro sin bajar la mirada.

No podía hacerlo, no cuando los ojos depredadores del Dios frente a mí, permanecían conectados a los míos. Personas que parecían importantes, murmuraban entre ellos y discutían sobre nosotros. Al parecer planeaban que hacer con nosotros.

Deshret es un hombre alto incluso me gana por una o dos cabezas, de complexión delgada y musculosa, sus hombros son anchos pero no de forma exagerada, su piel es morena bronceada, supongo que al vivir en el desierto el tono de su piel cambia. Su cabello es largo hasta la cintura de un tono plateado brillante casi blanco, sus ojos son una combinación del alba, cuando uno los mira te recuerda al atardecer. Es confuso el color ya que puede cambiar a escarlata.

En cuanto a belleza, no está nada mal. Al ser un Dios, no es extraño que sea más hermoso que cualquier otro ser humano en el mundo, por supuesto que hay más seres bellos.

— ¿Quiénes son y a qué han venido?

El hombre que se encontraba parado al lado de Deshret habló en lugar del rey. Lumine me miró como una forma de preguntarme si ella hablaba o lo hacía yo, moví mis labios para darle una respuesta de forma lenta y que ella pudiera leerlos, ella asintió al comprender mis palabras. Antes de contestar, observé al rey que aún mantenía su mirada fría sobre nosotros, carraspeo con la intención de aclarar mi garganta y me aseguro de estar en una posición más cómoda para poder hablar.

— Como pueden ver, somos forasteros. Viajeros que vienen del otro lado del mar oscuro — los jadeos de sorpresa no tardaron en llegar, los espectadores tenían los ojos abiertos, incluso Deshret parecía sorprendido pues había abandonado su comodidad —: En cuanto a la segunda pregunta, buscamos a Los Siete.

De nuevo, los murmuros no tardaron en llegar. Mantuve mi mirada al frente observando al rey y al hombre a su lado, reflexioné sobre este último al ver el vestuario que tenía, la mayoría de los soldados de Deshret vestían con un traje tradicional egipcio, igual al que usa Cyno en el juego original. Los tocados sobre su cabeza se asemejan a la cabeza del Dios Anubis aunque el diseño de cierta forma era distinto al del rey, el suyo se asemeja a Horus.

Bueno, era normal que Deshret usará un traje más elegante y diferente a sus soldados, mientras que el suyo era dorado, el de los soldados era morado como el de Cyno. En cambio el del hombre que se encontraba al lado de Deshret aunque solo el tocado en su cabeza era del mismo diseño que los soldados, su vestuario consistía en algo así como un vestido blanco y largo decorado con joyerías.

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