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La velocidad de las ondas sonoras contra el aire se escuchaban durante el balanceo de espada que hacía Calisto

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La velocidad de las ondas sonoras contra el aire se escuchaban durante el balanceo de espada que hacía Calisto. Realizaba cortes contra el aire en forma de infinito, no eran movimientos de un experto, Incluso su postura dejaba en claro que es sólo un novato espadachín. Por supuesto que no es vergonzoso, no se siente de esa manera, él está satisfecho sabiendo que no le darían las ventajas de un protagonista.

Su espada, un arma de tres estrellas para aventureros novatos, es lo único que odia. Calisto esperaba recibir una arma diseñada para él, con colores y decoraciones que combinarán con su persona, pero no lo recibió, en su lugar recibió esa arma basura.

Suspiró, quitó el sudor de su frente con su antebrazo y dejó la espada recargada sobre una caja de madera, tomó la cantimplora que descansaba en la misma caja de madera para beber agua de ella. El agua era deliciosa después de un gran tiempo bajo el caluroso sol, la frescura lo envolvía y regeneraba de nuevo sus energías.

Miró las palmas de sus manos, estaban cayosas. El primer día de su entrenamiento fue difícil para él, le costó acostumbrarse a la empuñadura de su espada, el primer día, sus manos terminaron mal heridas y tuvo que cubrirlas con una tela para no agravar las heridas. Jamás en su vida había hecho tantos esfuerzos con las manos hasta el punto de herirlas, está fue su primera vez en la que trabajaba duro. De hecho, el dolor de sus manos al final de sus partidas de LOL, no se comparaba a ese dolor de manos cayosas.

Jamás pensó que su vida como un holgazán, terminaría.

— Pensé que al maestro Calisto no le gustaba hacer esfuerzos.

Los ojos dorados se dirigen en dirección al hombre que viene entrando desde la puerta del campo de entrenamiento, Calisto mantiene una mirada neutral aún cuando el hombre le sonríe. El chico no tiene la intención de mostrarse amistoso, sabe que el hombre finge ser amable, después de todo lo único que busca es un aliado de la familia real.

— No estás equivocado, Sigfrid — lo llama por su nombre real, pierrot frunce el ceño ligeramente, el chico se recarga sobre la caja de madera y cruza sus brazos sobre su pecho —: La verdad es que prefiero estar recostado sobre mi cama comiendo galletas o fruta.

— Ahora que eres el heredero, debes actuar como tal.

Calisto sube su mirada a los ojos azules con el claro símbolo de estrella en sus ojos. Una sonrisa se pinta en sus labios y niega con un gesto de cabeza.

— ¿Quién lo dice? — pregunta, pierrot lo observa con curiosidad —: No planeo ser perfecto para nadie, ni para el rey.

Los ojos ajenos se iluminan, estás palabras llaman más su atención y el príncipe heredero puede notarlo, aún así, finge que no lo hace. Sus palabras son ciertas e incluso se las graba en el corazón como una ley que debe cumplir, él no planea ser perfecto ahora que es un "príncipe heredero", no dejará de ser él por más identidades que el mundo le de.

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