Un reclutamiento muy estadounidense

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Desde que mi cuerpo se convirtió en el de una niña pequeña he tenido que lidiar con muchos problemas, por decirlo menos ya que aparte de tener los reflejos de un gato muerto este cuerpo también era torpe mudo y sumamente débil, tan débil que daba pena.



Sin embargo, aunque todo  esto me era muy frustrante tampoco era del todo malo, ya que ser una niña débil y torpe tenía sus beneficios.




"Ya se durmió",le preguntó Sarvante a Ruveta.





"No, su respiración a un me dice que está despierta, pero conforme va la cosa no durará mucho antes de dormirse",dijo ruveta con calma mientras seguía caminando.





Actualmente el grupo de 5 está apunto de dejar el centro comercial mientras el sol de la tarde los  cubría a todos, y mientras los hermanos siguen igual de animados y comentan lo genial que fue la película que vieron, Sarvante cargaba todas las bolsas de compras, mientras Ruveta cargaba a la somnolienta Alice en su espalda,



"Sabía que no debimos ver la película de acción",se quejó Ruveta, mientras acomodaba a Alice en su espalda para cargarla de una forma más cómoda." Si hubiera sabido que le daría tanto sueño mejor hubiéramos visto una de terror"




"O comedia",comentó Sarvante algo apenado.


"Acaso no son la misma cosa"

Preguntó ruveta confundida.




Mientras Sarvante y Ruveta tenían otra discusión y los hermanos comentaban las escenas de la película, Alice en la espalda de Ruveta disfrutaba él ambiente familiar mientras intentaba de todo para mantenerse despierta y poder seguir disfrutando de este cálido momento.



Algo que era difícil ya que el sueño le estaba ganando, un sueño tan seductor y hechizante como el canto de una sirena que busca hundir a un marinero.



Dum

Dum

Dum



Y aunque Alice luchó por mantenerse despierta, esta no pudo contra la somnolencia que la inundaba, somnolencia que fue potenciada por su mente cansada y agobiada por el largo día que había tenido.



"............"dijo Alice, o al menos intento hacerlo ya que aún si pronuncio todas las palabras ningún sonido llegó a salir de su boca.




Realmente odio ser muda, pensé mientras sentía nuevamente mi frustrante incapacidad para expresarse o en este caso quejarme.




Cuando Alice perdió la conciencia, sintió la cálida sensación  durante un tiempo antes de que un toque frío apareciera en su trasero, un frío que la hizo abrir los ojos de golpe permitiéndole ver la familiar vista de una mesa de interrogatorios.



"Enserio no puedes darme un día libre" dije indignada al aire mientras escuchaba mi encantadora voz resonar en la vacía habitación." O al menos darme una silla con cojines, ya que a este paso a mi trasero le saldrán callos.



Aunque las palabras de Alice eran medio broma estas aún eran serias hasta cierto punto, después de todo esta silla en la que se sentaba por ocho o más horas cada noche era increíblemente fría y dura como una maldita placa de metal.





"No solemos dar días libres a los pasantes, menos gastar recursos en asientos cómodos, pero en tu caso talvez podamos hacer algo si pasas el periodo de prueba",dijo una voz algo mayor,




¿Soy una monja?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora