Sonríe, Aunque Duela

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"Esto es  realmente desagradable " pensé mientras miraba el techo.


A pesar de estar viva, de alguna forma me sentía muerta. Era lo único que podía expresar, la única forma en la que podía describir lo que sentía o en este caso lo que no sentía.

Incluso con el calor de los hermanos, que sostenían mis manos con preocupación, no sentía calidez. Incluso con Sarvante cuidando de mí, intentando animarme, no podía sentir felicidad. Sus rostros, sus gestos, todo parecía lejano, como si estuviera detrás de un cristal que me mantenía apartada de ellos.

Estaba viva sin duda, pero aún así estaba vacía... y no sabía por qué

Lo peor de todo era que ni siquiera podía dormir para aliviar mi malestar; solo podía quedarme allí, mirando el techo, esperando que algo—cualquier cosa—ocurriera mientras solo podría resignarme a existir.


"Haaaaa..." suspiré levemente mientras me cansaba de esta monotonía.



Ignorando el dolor en mi cuerpo y las manos de los hermanos aferrándose a las mías, me levanté con esfuerzo. Escabulléndome sin ser vista, avancé hacia la iglesia, hasta que finalmente me encontré frente a las bancas vacías. Ante mí, una cruz imponente se alzaba en silencio, sus sombras alcanzándome como si buscaran cubrirme.

Miré fijamente la cruz, tratando de encontrar las palabras que flotaban en mi mente vacía, aunque el intento fuera inútil: pues apenas iba a decirlas recordé que era muda.

"Realmente... nunca creo que pueda acostumbrarme a esto," pensé, sin emoción.



Sin embargo aun con ese contratiempo, formulé mi pregunta en silencio, aun si no había voz para darle vida mis labios aún se movieron como si estuviera haciendo mi pregunta en voz alta.

"¿Por qué me siento así? ¿Por qué siempre me pasan estas cosas?"

Pregunté sin preguntar a la cruz, esperando una respuesta que sabía que nunca llegaría, porque dudaba que Dios siquiera supiera que existía y aún si el supiera que existiera dudaba que siquiera se molestara conmigo.

2 minutos después

"Realmente no sé ni por qué estoy haciendo esto,"dije con resignación, incapaz de entender la razón detrás de un acto tan absurdo.

"¿Sabes? A veces yo me hago la misma pregunta," respondió una voz desde las sombras.

Al escucharla, giré la cabeza y vi a Ruveta salir de entre las sombras, observándome fijamente.

"......" Ante sus palabras, me quedé en silencio. No tenía razones para responderle, ni sabía qué decir. Así que simplemente hice lo que siempre hacía: permanecí callada.


" Haaaaa..." suspiró Ruveta. "Sabes, sé que no debería decirte esto, ya sea por respeto a Sarvante o porque eres un ángel, pero no deberías confiar tanto  en Dios."

Mientras pronunciaba esas palabras cargadas de solemnidad, Ruveta se colocó junto a la cruz y la miró con un deje de impotencia.


"Él nunca escuchó a los judíos durante la guerra, ni a los niños que marcharon para recuperar Jerusalén." Comentó Ruveta mientras sus ojos se posaron sobre la cruz, y en su expresión se dibujaba una mezcla de pena y resentimiento. "Lo que quiero decir es que, aunque puedas confiar en su poder, nunca deberías confiar en su amabilidad y en que algún día te conteste."

Después de decir eso, Ruveta sacó una pequeña pizarra y se la extendió a Alice, quien, inmóvil y sin expresión, parecía reflexionar en silencio sobre sus palabras.

"Pero supongo que no quieres hablar de eso ahora, ¿verdad?" dijo Ruveta, observando a la pequeña, quien normalmente era alegre, pero que ahora mostraba un rostro inexpresivo que lo incomodaba un poco." Así que mejor discutamos y esta vez con tigo escribiendo que leer tus labios en penumbras con un solo ojo no es algo fácil "



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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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