¿Qué pasaría si luego de casarte con un completo desconocido, tienes que mudarte a su país y dejar tu zona de confort?
Peor aún, casarte en el día en que sepultaste a tu primer amor, porque el destino les jugó una mala pasada.
Charlize Olsen, aceptó...
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El iris azul del hombre observaba mis labios, al igual que yo los suyos y pude percibir el deseo que él también compartía por besarme. Las voces al exterior se hicieron más fuertes, y eso me salvó de cometer una estupidez de la cual más tarde me lamentaría, así que bajé la cabeza y giré el rostro, mirando a los oficiales que inspeccionaban el lugar.
Sabía que estaba mal desear algo impropio, cuando literalmente mi corazón aún estaba de luto por Mason. Creoque tres meses y una semana de soledad, me estaba cobrando factura. Necesitaba de alguien que supiera mis dolencias, alguien como mamá, Mandy y Troy.
Incluso a Lake, pero nunca a Zehir.
—Debemos encontrarlo, debe estar por aquí. —ordenó un hombre alto, que alumbraba los lugares oscuros con su linterna.
Salí de mis cavilaciones y apreté los ojos cuando la luz dio en nuestra ubicación, Zehir apretó mi cadera como ordenando que no me moviera y así lo hice. Incluso dejé de respirar para no alterar a mis hormonas.
—¿Encontraste algo? —preguntó otro hombre.
—No —la luz de su linterna dejó de apuntar hacia nosotros —. Creo que eran ratas. Vayamos por otro lado, no debe de estar muy lejos.
Cuando los oficiales se fueron finalmente llené mis pulmones de aire, estaba agitada y nerviosa.
—¿Está bien?
No lo miré, por que si lo hacía, el deseo de besarlo volvería y no podía permitir tremenda atrocidad.
—Ajá. —salí del "escondite" y suspiré —. Estuvo cerca, creo que buscaban a alguien en especial.
Zehir salió y resopló.
—Si, a mí, soy un hombre de muchos escándalos y buscan una nueva arma para acabar con mi carrera y prestigio.
Lo seguí cuando él empezó ha caminar despacio para no llamar la atención de los policias que rondaban todavía en el lugar, y entramos a lo que parecía ser una bodega, estaba alumbrado con un pequeño foquillo que tildaba con la amenaza de fundirse. Oímos gritos de mujeres y peleas entre hombres. Tenía miedo y mi voz me puso en evidencia.
