~|Cap. 8|~ Strap dildo and anal sex 101

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Equilibrándose en sus manos y rodillas, Camila miró a los ojos de doce mujeres con consoladores con correas y sus ansiosas parejas mientras todas esperaban que Lauren se apurara y la penetrara, ella había estado bromeando durante cinco minutos a estas alturas, minutos que parecían horas, trazando la punta de su dildo atado arriba y abajo de los labios vaginales de Camila, y en ocasiones alrededor de su clítoris abultado, para producir una inundación obscena de jugos que chapoteaban mojándola en cada movimiento, cada vez más cohibida sobre el sonido vulgar de su excitación, Camila se mordió el interior de la mejilla para evitar que suplicara.

Anhelaba terminar con la anticipación, pero no se atrevió a pedir clemencia.

Esperaría todo lo que Lauren necesitara. Cualquier cosa para complacerla.

Camila jadeó cuando fuertes manos agarraron sus caderas y jalaron de ella hacia atrás, luego obedientemente bajó su pecho hacia la manta y levantó su vagina en el aire, presionada aún mas firmemente contra el consolador errante, se estremeció cuando Lauren finalmente rompió su silencio par presagiar el final de su interminable tortura.

— Una vez que esté lo suficientemente mojada... — Lauren soltó su cadera para rozar los pliegues empapados expuestos por la nueva posición de Camila, dos dedos se arremolinaron a través de los cálidos jugos reunidos en su entrada por unos pocos, tentadores segundos antes de alejarse. — Y por suerte para mí,  mi encantadora asistente con toda seguridad lo esta...
— La cabeza del consolador reemplazó los dedos de Lauren para empujar insistentemente contra la abertura resbaladiza de Camila, lista para deslizarse con solo la más mínima aplicación de presión. Camila contuvo el aliento, ansiosa por lo que venía.
— Sostengan el consolador con su mano dominante mientras lo guían hacia su vagina, vayan lento y tranquilo al principio, asegurándose de comprobar con regularidad. — Ya medio metido dentro de su vagina receptiva, Lauren le preguntó a Camila en voz baja. — ¿Que piensas, cariño?¿No se siente bien tener tu vagina apretada alrededor de algo tan grueso y duro?.

Camila levantó la cara de la manta para responder.

— Si... y joder, eres grande. — En realidad, Lauren no estaba dotada tan terriblemente, esta usando el consolador favorito de Camila, un tamaño decente apenas intimidante de diecinueve centímetros, pero para Camila, el acto de maravillarse ante el tamaño del pene de su amante era siempre la mitad de la emoción. — Me encanta cómo me mantienes abierta.

— ¿Te meto todo esto?. — Lauren retrocedió, luego avanzó lentamente, avanzando no más de un milímetro o dos. — Pídemelo amablemente y te lo daré.. .pero solo si  dices "por favor" 

— Por favor, Lolo. — Levantándose sobre sus manos, Camila se encontró con la mirada de Lauren sobre su hombro. — Solo follame ya. — Cuando Lauren alzó una ceja, añadió. — Por favor.

Con los ojos brillantes, Lauren arrastró a Camila hacia atrás sobre el consolador, solo se detuvo una vez que su trasero se asentó a ras de la ingle de Lauren y todo el juguete sexual estaba encajado dentro de su vagina revoloteando, Camila gimió, inclinado su rostro hacia la clase para que pudieran presenciar el placer que Lauren le estaba dando, apretó su agarre sobre la manta cuando unas manos fuertes la agarraron por la cintura y la empujaron hacia adelante, lejos del cuerpo cálido de Lauren y casi del consolador por completo, luego gritó en éxtasis ante la rápida reintroducción de cada centímetro que le había pedido a Lauren que metiera.

Una mano se deslizó debajo de su pecho ahuecando su seno por delante del otro empuje deliberadamente enérgico.

— Puedo sentir lo fuerte que me aprietas. — Lauren agarró su nalga derecha y la abrió, exponiendo su ano al aire fresco y su mirada acalorada, la mano sobre su seno se desvaneció, una pérdida que Camila apenas tuvo tiempo de registrar antes de reaparecer en la forma de un dedo solitario, generosamente cubierto de lubricante, que se adentró en el valle de sus nalgas para trazar con confianza el contorno de su agujero más pequeño e intacto. —Te gustaría sentirte llena. ¿No es así?.

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