Ella era fuego
buscando un vaso de agua,
un lago o algo
para frenar su caos.
De pronto un día,
conoció a él,
que no era exactamente agua,
pero controlaba la llama.
Exactamente no sé
como encajaban,
pero sus manos eran un
perfecto complemento.
Eran dos locos enamorados,
se amaban con locura,
y a él no le importaba
quemarse de vez en cuando.
Pero un día,
ella se apartó de él,
y a él, no le importaba nada
sino estaba ella.
Ella jamás volvió,
pero su caos logro frenar.
No sé que hizo él
durante tanto tiempo,
no sé si su ceniza logro
borrar.
Solo sé que a veces
le llora a la luna,
esperando que alguna otra
fogata cause un
incendio en su corazón.
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LATIDOS QUE NO DIJE
PuisiLas palabras que un hombre enamorado escribió para su amada.