Tú,
y esa sonrisa que me vuelve a la vida.
Tú,
y ese sol en tu sonrisa.
El viento soplando en tu cabello.
Y, bajo tus pies,
la dulce brisa del mar
entrando en tus poros.
Tus dedos tocando los míos
y tus besos mostrándome el cielo,
a la par en que le sol se oculta de nosotros
por milésima vez.
Tú,
y tus brazos de invierno,
tú,
y tus labios en mis ojos.
Eso es todo lo que necesito.
Dichosa,
que me vez y ya soy tuyo.