My Little Prince ||Crossover||

4. Me encanta verlos tan unidos

Ya habían pasado unos meses desde que Harry estaba con nosotros y las cosas estaban bastante bien, aunque es obvio que Alicent con el paso de los días podía volverse bastante desesperante, pero era algo que todos podíamos manejar.

Ya había dado a luz a un hermoso varón, al cual le dimos el nombre de Lucerys. Era un bebé precioso y al igual que sus hermanos era bastante querido y tranquilo. Mi vida estaba completa teniendo a mis niños conmigo, sin ninguna amenaza que nos perturbara.

Ahora me encontraba con mi pequeño bebé caminando por los pasillos para buscar a mis otros niños, seguramente estarían en el jardín con Laenor, así que no debía preocuparme demasiado, él había cambiado y sin duda para bien.

Solía pasar muchísimo tiempo con los niños, y hacía muchas cosas con ellos. Incluso les leía. Sinceramente, esta nueva actitud de él me gustaba, aunque siempre había sido un buen hombre, eso sabía que jamás cambiaría.

Al llegar los encontré sentados junto a mis tres hermanos y todos estaban riendo a carcajada. Laenor los veía con una gran sonrisa mientras sostenía a Luke que dormía plácidamente en sus brazos. 

Era una bonita imagen mental de la situación y ojalá fuera a sí siempre. 

Me acerqué con una sonrisa hacia ellos, llamando la atención de todos.

—¡Rhaenyra! —Aegon fue el primero en levantarse para correr hacia mí y abrazarme con todas sus fuerzas.

—Hola mi niño hermoso —le correspondí el abrazo y unos segundos después se unieron Aemond y Helaena al abrazo y pude ver como Jace y Harry se acercaban gateando hacia nosotros soltando pequeñas risas en el camino. 

Como si entre los dos hicieran una carrera para ver quién venía antes hacia mí.

Me separé un poco de mis hermanos para agacharme a la altura de mis niños y los dos me abrazaron como pudieron.

Tener a Harry con nosotros era algo demasiado bueno, además, Jace y él eran bastante unidos, algo que como todo agradecía.

—Mis otros niños —susurré con una gran sonrisa abrazándoles. 

Poco después todos fuimos hacia Laenor y estuvimos jugando un poco hasta que apareció mi padre sonriendo. Se le veía un poco mejor y me alegraba que hubiera salido, tal vez le ayudara un poco tomar el aire y pasar con nosotros. 

Se sentó con nosotros.

—Papá —mi padre miró a Helaena con una pequeña sonrisa—. ¿Quieres jugar con nosotros?

—Por supuesto querida, por eso vine. Para pasar tiempo juntos y disfrutar del día en familia —Helaena asintió demasiado feliz y se mantuvo al lado de sus hermanos, jugando y ayudando a los más pequeños.

Mi padre dirigió la mirada hacia el bebé que sostenía Laenor.

—¿Puedo cargarlo? 

—Por supuesto majestad —Laenor se lo entregó con sumo cuidado y mi padre se quedó embobado viéndolo. 

Era uno de los encantos que tenían los niños, que no importaba como siempre llamaban la atención y no podías apartar la vista de ellos.

—Es tan lindo, no puedo creer que sea abuelo de nuevo. Y me alegra demasiado que los niños se lleven tan bien, ojalá sigan así toda la vida —yo esperaba lo mismo que él, esperaba que todos crecieran felices y que siguieran tan unidos como hasta ahora. 

Pero sentía que Alicent no estaba muy de acuerdo con esa idea y tal vez pensaría en algo para romper esta conexión que tenían los niños. Aunque me aseguraría de que eso no pasara porque ninguno tenía la culpa de la locura de Alicent.