Suguru Geto empieza el año escolar con toda la motivación posible por sus calificaciones y futuro estudiantil, queriendo ser el alumno estrella del instituto. Aunque su mejor amigo Gojo Satoru parece que no va a ponérselo tan fácil.
Mientras, ambos...
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—¡Soy lo peor!
—Pues sí.
—Soy la persona más estúpida del planeta...
—Es cierto.
—¡Suguru no me hablará nunca más!
—Posiblemente.
Gojo deslizó sus dedos hasta sus ojos y los arrastró hacia abajo, soltando un quejido triste y a la vez frustrado mientras arqueaba su cuello hacia atrás sintiendo la desesperación apoderarse de todo su ser. Se encontraba tan mal con él mismo por lo que había sucedido hace apenas una hora que a duras penas podía pensar con claridad mientras hablaba con Ieri, de camino a casa en el metro.
—Quiero que conste en acta que mi voto ha sido nulo —añadió la morena de forma serena, cruzando los brazos y cerrando los ojos con fuerza debido a toda la frustración palpada.
La democracia había decidido que el delegado sería nada más y nada menos que el chico con la mirada preciosamente celeste, debido a que era bastante popular tanto en el salón como en el instituto por lo que tenía ganada la simpatía de muchos. Paralelamente, mientras se llevaba a cabo la votación el moreno se encontraba en total silencio apretando la mandíbula, con la mirada totalmente apagada, las cejas fruncidas e inclinando su mentón hacia abajo. No osó a formular ningún tipo de palabra o gesto lo que duró la clase, ni mucho menos cuando el profesor clamó a Satoru como ganador.
Al sonar la campana indicando que la última clase del día ya había acabado, el albino velozmente recogió sus pertenencias para poder hablar con su mejor amigo cuánto antes y poder explicárselo todo, pero el chico con melena fue más ágil y logró marcharse antes dejando a un Gojo desolado buscándolo con la mirada perdida en la borrosa multitud del pasillo.
—Tienes que hablar con él mañana. Cuando me contaste lo que ibas a hacer y el porqué, lo primero que te dije es que él debía saberlo. ¿Entiendes ahora por qué el hecho de haberse enterado en el momento sin ningún tipo de contexto es malo? —Ieri gesticuló con los brazos algo molesta, percibiendo la cabeza de su amigo colocarse en su hombro, siendo capaz de solamente ver su clara melena despeinarse. El pálido suspiró con pena.
—Me siento tan ansioso... siento que podría vomitar ahora mismo —el adolescente hizo una breve pausa para tomar aire, con la vista clavada en suelo del metro—. Pensar en que puede que Suguru ahora mismo esté mal... puede conmigo. Necesito que él esté bien.
La adolescente pestañeó asimilando lo que acababa de escuchar; Gojo no era un chico abierto emocionalmente a nadie, de hecho, siempre bromeaba acerca de sus problemas y eso irritaba a su par de amigos de forma colosal, pero cuando hablaba de Geto su voz se tornaba dócil, emocional y protectora de forma inintencionada.
Satoru hablaba de su mejor amigo de una forma tan cálida y melosa en los oídos de la joven.
—Gojo, sé que le aprecias mucho, es tu mejor amigo —Shoko carraspeó—. Cuando hables con él y se lo expliques, creo que podrá tratar de entenderte. Al final solo eres un cabeza hueca.