Capítulo 2

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Al bajar a desayunar solo me encontré con mi padre, mamá seguía con papeleo y salía temprano. Sabía que esto pasaría y no podía evitar preocuparme por su salud.

— No tienes que preocuparte, — la dulce voz de mi padre hizo que dejara de mirar la puerta — tu madre está bien. — Papá me miraba con una dulce sonrisa, transmitiéndome calma. — Ven a desayunar para que puedas ir a clases.

Asentí encantada al ver el desayuno listo para servir.

— Gracias, papá. — Me acerqué y besé su mejilla, luego lo ayudé a servir la comida para que pudiéramos sentarnos a comer juntos.

El ambiente en casa siempre ha sido animado pero sin llegar a lo ruidoso, mamá y papá siempre han sido muy amorosos con nosotros.

Los días tranquilos pasaron rápido, y pronto mamá tuvo un poco de descanso y podíamos verla más seguido en casa.

— ¡Me voy! — Avisé abriendo la puerta.

Mamá fue la primera en asomarse y sonreírme con cariño. — Ten un buen día. — Deseó sin borrar aquella sonrisa típica.

— No regreses tan tarde. — Ordenó mi padre un poco más serio, pero con el mismo amor.

Reí y asentí. — Claro, nos vemos.

No estaba apurada, así que caminé a paso tranquilo hasta el punto de encuentro con Naoko, nuestra rutina siempre es la misma.

Sonreí burlesca al haber sido la primera en llegar.

Voy a molestarlo.

No pasó mucho tiempo hasta que lo vi acercarse a paso relajado, sus manos en los bolsillos y una sonrisa burlona.

— Hoy regresa tu primo. — Soltó con mofa.

Rodé los ojos y le di un suave golpe en el hombro. — Que gran saludo, Uchiha.

Él sonrió engreído y se encogió de hombros. — Lo sé. — Se limitó a decir.

Nuevamente golpeé su hombro, esta vez con un poco más de fuerza. — Su suspensión llegó a su fin, así que todo será más ruidoso de ahora en adelante.

Naoko rió sin mucha gracia, es sabido por la mayoría que el Uchiha detesta el ruido excesivo y también que detesta darle la razón a otras personas.

Dicho y hecho, en cuanto pusimos un pie dentro de la academia nos encontramos con el revoltoso rubio junto al Nara y al Kaminarimon.

— Así que aquí podré presumir a partir de hoy, ¿eh? — Comentó con total confianza, haciéndome bufar por su seguridad.

Cuando pasé por su lado aproveché de darle un golpe en la cabeza, la fuerza y lo repentino que fue provocó que casi terminara con la cara en el piso, por lo que se enderezó rápido y con mirada molesta buscó al culpable.

Por mi parte lo miré seria, esperando que dijera algo para tener otro motivo para golpearlo, pero el rubio solo me sonrió aterrado.

— Una pena que no haya dicho nada, ¿verdad? — Se burló Nao con gracia.

Lo miré y sonreí encogiéndome de hombros. — Vamos, no quiero quedar atrapada en el escándalo que va a hacer llegando a la sala.

Nao se rió entre dientes. — Es imposible que no llame la atención, ¿verdad?

Asentí ladeando un poco la cabeza. — Apostaría mi vida a que lo hará. — Bromeé mientras me sentaba a un lado de la ventana.

Naoko se apoyó en la mesa y asintió en silencio, pero el silencio solo duró unos segundos porque la ruidosa voz de Boruto se escuchó con fuerza por toda el aula.

Senju |Nara Shikadai|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora