3. persona favorita

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Esteban no está seguro de que estan gritando sus madre y su hermano fuera de su puerta.

Lo han estado haciendo desde hace 5 minutos, gritando a todo pulmón, sobre él, siempre es sobre él, escucha a Enzo tirar algo y palabras que se filtran entre las paredes.

"¡Yo me mato trabajando para los medicamentos del pendejo de tu hermano...!" Su madre grita, a todo pulmón, sabe que Enzo no tardará en replicar, su lengua afiliada atacándola.

"¡Esteban no es ningún pendejo vieja, es tu hijo, mi hermano...!" Grita con fuerza, su voz grave resonando en las paredes, el se queda sentado en el medio del colchón, completamente solo en su habitación.

Gritan de nuevo, pero ya no se preocupa por rescatar nada de la conversación, se cruje los nudillos contra la palma de su mano y recuerda que a Fran no le gusta que lo haga.

El no está aquí, no importa si lo hace entonces.

Su mamá da un portazo antes de salir de su casa, no se preocupa a dónde va a ir, porque sabe que va a volver, en algún momento cuando se sienta mejor, ella volverá.

"¿Puedo pasar Kuku?" La voz de Enzo se filtra por su puerta, sabe que esta esperando con un plato de galletas de avena y coco apoyado en la madera, porque son sus favoritas.

Y siempre las come, porque no tiene el corazón de hacer sentir mal a Enzo.

"Dale, lo harás de todas formas"

Enzo abre la puerta, tiene los ojos rojos e hinchados y manchas de lágrimas en las mejillas, no dice nada sobre eso y se fija en sus manos, dónde está el plato de galletas, las mismas que comen siempre.

"¿Estás bien?" Le pregunta, Enzo hunde el colchón a su lado cuando se sienta y toma una de las galletas, sus dedos largos dandole vueltas.

"Es lo mismo de siempre, no te preocupes" Se encoge de hombros, y Esteban toma una galleta, comiendola de dos mordiscos.

No rompe la galleta como lo hace siempre, la come sin culpa, no hará sentir mal a su hermano. No ahora.

Enzo lo mira, la tristeza se refleja en sus ojos cafés y ve como se hunden en su cara, como un esqueleto exhausto "Estabas llorando"

Enzo asiente, y se mete una galleta en la boca, masticando rápidamente "Es un poco obvio" Se limpia una lágrima solitaria de la mejilla y sonríe.

"Ya sé, lo siento"

"Está bien"

Enzo le da un abrazo por los hombros, como si todavía fueran chicos, los músculos se contraen y le frota el pelo con los nudillos.

Se ríe con Enzo cuando se deshace del abrazo y le alborota el pelo.

"Me gustaron las galletas" Le dice de repente, Enzo acaba de partir una galleta a la mitad, como lo hace él, y la vuelve a partir.

"No te comiste la merienda ayer Esteban" Le dice Enzo, también muy de repente, cierra el puño y los cientos de pequeños pedazos de galleta caen al plato "¿Crees que no se lo que haces?"

"Te estas matando de hambre, a propósito"

Esteban se muerde la lengua, es raro que lo mencionen en voz alta, su psicóloga lo decía, muchas veces, le había dicho que el principio de la curación era aceptar su problema.

Todavía recordaba la hoja con su diagnóstico, como su madre se la había dado y Enzo la había estudiado una y otra vez, anotandolo en la parte de atrás de su libreta de física.

Diagnóstico: Anorexia nerviosa, baja autoestima, trastorno de ansiedad generalizada, tendencia a autolesiones, depresión severa e ideación suicida.

A veces, se preguntaba si Enzo repasaba su diagnóstico.

"Si, Enzo, creo que de eso se trata la anorexia" Le responde, no quiere sonar grosero pero está incómodo, no quiere hablar de esto con su hermano, con su persona favorita después de Fran.

"Yo también la tuve, se que se siente"

Esteban siente que le tiraron un balde de agua helada encima.

No sabe que hacer, ni donde mirar, nunca lo había imaginado de su hermano, que es tan perfecto y que siempre había aspirado a ser de una manera o otra.

"¿Porque nunca me dijiste?" Pregunta, tembloroso, mirando como Enzo mueve las galletas de un lado a otro, se da cuenta que es exactamente lo que él hace.

Tal vez lo aprendió de él.

"Eras chico todavía, nunca se lo conté a nadie, pero yo sabía que algo andaba mal, me daba terror salirme de mis planes" Enzo se ríe sin humor, casi como si no supiera cómo llenar los espacios entre ellos dos "Sentía que no podía controlar nada, pero que la comida si, entonces no podía dejar que me controlará a mi"

"Me quitaría el control"

Esteban asiente, porque no sabe que decir, mira las manos de su hermano fijamente, dónde las venas resaltan y sus dedos agarran con fuerza el plato, todo en el es delgado.

No delicado, como él, es fuerte, hecho de músculo y de líneas duras, pero por dentro le provoca una satisfacción enfermiza saber que lo obtuvieron de la misma forma.

Lo empuja hacia atrás, muy atrás para evitar pensar en eso.

"¿Cómo te recuperaste?" Atina a preguntar finalmente.

Enzo se toma su tiempo, mira a sus manos y entrelaza una con la de Esteban, el ya es más alto que él y apenas va en secundario, no quiere imaginarse como será después.

Un muchacho fuerte, como el tuvo que serlo.

"Engordé"

Esteban se ríe, bajo primero pero luego la risa retumba en su estómago, Enzo también se ríe pero mucho mas tranquilo.

"No te ries, es serio pendejo irrespetuoso" Enzo le pega en la nuca y Esteban se ríe un poco más, pero se calla cuando Enzo empieza a hablar "Engordé, creo que cinco kilos en un mes, había estado con mis amigos, y estaba tan ocupado pasándola bien que nunca me preocupe en contar las calorías"

"Cuando me pese, ni siquiera me importo el número, solo si iba a ir con mis amigos a un concierto o no, y cuando me di cuenta ya ni siquiera me importaba"

Esteban cree que es estúpido.

Nunca podría hacer eso, olvidar su mayor problema por un rato, siempre está presente, siempre está pensando en eso, no puede olvidarlo.

No quiere hacerlo, es lo que lo hace ser él. No sé imagina sin ser así.

"Me gusta que comas esas galletas, son la única cosa que comes sin pensar" Enzo le acerca el plato, la porcelana tocando su mano, el mira la última galleta, espolvoreada con coco.

"Ya ni siquiera me gustan"

Esteban quiere decir que a él tampoco y tirarla en algún lado, pero no quiere hacerlo, quiere comerla y disfrutar del sabor, comer sin preocuparse en el después.

En realidad, a él si le gustan las galletas de avena con coco.

***

capitulo medio de relleno pero quería escribir la relación de kuku con enzo, tmb me autoproyecte un poquito acá pido disculpas por el momento.

y para los que quieren saber, por el momento esto no es para sufrir (?) si no más bien solo situaciones con angustia y luego final feliz, básicamente hurt/conformt(⁠ ⁠◜⁠‿⁠◝⁠ ⁠)



karmadame | esteban x franciscoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora