karmadame | esteban x francisco

4. olvidar

Si Fran estuviera en una competencia de olvidadizos, hubiera olvidado ir.

Probablemente ese es su mayor defecto, apenas retiene información, ya sea importante o no, su cerebro desecha todo después de media hora.

Olvida sus exámenes, hacer su tarea, que día es, que hora es, lo que estaba viendo antes de un comercial, e incluso planes con sus amigos.

Tal vez lo peor de esa lista. Por qué le pasa muy seguido.

"¡Che Fran, Esteban está en la puerta!"

Su mamá le grita desde la cocina y se levanta de un salto del suelo de su habitación, donde estaba tirado hace horas porque había olvidado que había invitado a Esteban.

Se siente estúpido durante medio segundo, pero prefiere ignorarlo, y limpiar lo más que pueda su habitación, que tiene ropa por todas partes y un plato con medio sándwich que no recuerda cuando lo comió.

Esteban no puede ver eso.

"¡Decile que pase!" Le grita a su mamá de vuelta, apilando vasos y platos aleatorios que encontró en su habitación y escondiendo ropa debajo de su cama.

Dobla su sábana torpemente justo a tiempo para que su habitación se vea decente para Esteban.

"Había olvidado que venías" Le dice, sinceramente apenas Esteban cruza su puerta, el tiene algo por hacerle decir la verdad, incluso si no esta ocultando nada.

Se sonroja, cuando se da cuenta de lo que acaba de decir y porque Esteban se ve guapo, y lo pone nervioso lo bien que se ve, incluso con algo tan sencillo como jeans sueltos y una camisa negra.

Se siente un poco avergonzado por su propia ropa, un par de shorts cargo y una camisa azul marino que encontró tirada.

"Te ves bien Kuku"

Esteban se sonroja hasta las orejas, y abre la boca para responder "Tú igual"

Ambos se sientan en su colchón sin decir nada más.

"¿Quieres jugar Mario Kart?"

"Dale"

Fran sonríe cuando Esteban toma el control, son de las pocas cosas que no olvida después de un rato, los momentos que tiene con su mejor amigo.

No sabe que en que momento pasaron de sentarse juntos en biología a ser mejores amigos, pero nunca lo cambiaría por nada.

Su corazón revolotea cada vez que Esteban se acerca a él, cuando lo golpea sin querer, cuando siente que esta un poco más cómodo a su lado que en cualquier otro lado.

Esteban le gusta, le gusta muchísimo, pero no está seguro que él sienta lo mismo.

Después de perder por tercera vez por culpa de los caparazones azules, su mamá entra de repente a su habitación con una caja de pizza y dos litros de Coca-Cola.

Se tensa de inmediato, porque su mamá se ve completamente ajena a la situación que acaba de provocar, dejando todo en el suelo junto a ellos.

"Má." Le dice Fran, porque él como todo el círculo cercano de Esteban saben del problema que tiene con la comida, con las calorías y Fran es el único (además de su hermano) que sabe su diagnóstico.

Aún así, Esteban no parece enojado ni mínimamente preocupado como parece estarlo siempre que tiene comida frente a él.

"Gracias señora" Responde, casi de inmediato, y saca un pedazo de pizza antes de comérselo.

Fran está más sorprendido por lo que acaba de ver como para ofenderse con lo que me dice su mamá.

"De nada Estebi, y Fran, limpia este cuarto, huele a virgen acá adentro, abre una ventana por amor a Cristo"

"¡Mamá andate!"

Su mamá sale por la puerta, dejándola abierta a propósito y dejando a los dos riendo a carcajadas.

Cuando la risa muere, ambos se quedan callados, sentados juntos y comiendo pizza en silencio.

"Creí que no ibas a comer" Dice finalmente cuando ve a Esteban agarrar otro pedazo, es raro pero extrañamente reconfortante verlo.

"Hablé con Enzo el otro día, creo que perderme esto por comer menos calorías no vale la pena"

Fran asiente, en silencio y le da un sorbo a la botella de Coca-Cola porque su mamá no les trajo vasos y se niega a darle en uno usado.

"Me gusta eso, está bueno"

"Ya sé, había olvidado lo bien que sabe la pizza"

Fran podría olvidar de todo, menos a como sabe la pizza y lo bien que lo hace sentir Esteban cuando está cerca.