"Los ojos suelen hablar más que nosotros mismos"
Alessia Riddle:
1 de septiembre de 1970
—¡Es hora!—grite mientras entrábamos a la estación.
—¿Tienen todo? ¿No les faltó nada?—pregunto mi madre mientras agarraba las jaulas donde estaban Pippa y Odin, nuestros animales
—No nos falta nada, absolutamente nada—dijo Alessandro.
—¿Que pasa si Aurora no entra en la misma casa que nosotros?—pregunte preocupada.
—No pasará nada, si ella queda en otra casa no permitan que por ello se distancien, nunca lo permitan—dijo mi madre mientras nos ofrecía una sonrisa.
—¿Y si no quedamos en Slytherin?—pregunto Alessandro.
—No importa, si no son de Slytherin no pasará nada—contesto mi madre.
—Está bien...
Me aferré a mis baules y me adentré en el muro, había muchísima gente, luego escuché la voz de Alessandro.
—¡Es todo tan perfecto!—exclamo Alessandro.
—Lo es, Sandro—sonrei,
—Alessia...Alessandro escúchenme porfavor...—dijo mi madre poniéndose a nuestra altura—. No importa si tienen amigos de otras casas o si son mestizos, no importa, están por vivir una experiencia irreal para cualquier persona, no los obligaré a estudiar y estudiar, también deben divertirse y hacer amigos, solo les pido que si sucede algo con ustedes mándenme una carta o díganle al jefe de su casa para que me avise a mi, no se dejen pisotear por nadie. Son mis hijos, son mi orgullo y si me decepcionan no importa, todos tenemos errores incluidos yo. No todos somos perfectos.
—Está bien, madre—contestamos los dos al unísono dandole un abrazo.
—Los amo mucho, nunca lo olviden—dijo con una sonrisa—. Si es que les pasa algo porfavor no me lo oculten, yo jamás los juzgaré, soy su madre ténganme confianza, jamás les diré algo malo.
Asentimos con una sonrisa, dejamos un beso en la mejilla de mi madre y cada uno agarre a Pippa.
—Te amo mami—dijo Alessandro antes de irse con Lucius.
—Adiós madre, te extrañare mucho. Dile a papá que también lo extrañaré—dije yendo junto a Narcissa.
—¡Alessia! ¿Cómo estás? ¿Cómo está la tía? Me enteré lo que le pasó...—pregunto Narcissa.
—Está súper bien, Cissy, y yo también—bese su mejilla.
—Justo me estaba despidiendo de Regulus...
—Alessia...—me miro a los ojos.
—Regulus—sonrei, me dirigí a él para darle un abrazo y subi al tren—. Te veo en el vagón, Cissy.