Jisung estaba inmerso en la lectura de historias subidas de tono en un sitio de internet cuando, un día, en la sección de comentarios, decidió revelar algunas de sus fantasías sexuales más íntimas. Fue entonces cuando recibió un mensaje de Minho, ex...
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Narra Jisung
— ¿A que te refieres con cumplir mis fantasías? — dije asustado, estaba relacionando todo con el mensaje o eso es lo que yo pensaba.
— Pensé que te emocionaba venir aquí, por eso lo asimile.
— Oh si, creo que es como un sueño... nunca antes había venido a un lugar así.
— Entonces entremos. — me agarro de la mano y nos dirigimos a la entrada, ingresamos al club y pude ver que por dentro era mucho mejor que por fuera.
Estaba repleto de luces y varias mesas rodeando un gran escenarios en donde habían varios hombres y mujeres semidesnudos bailando, la gente les lanzaba dinero y la música se oía demasiado ponente.
En cada esquina de lugar había gente besándose o bailando, Minho me agarro de la cintura tomándome por sorpresa, susurrándome al oído que no me alejara de él, juntos nos dirigimos a una mesa en donde una joven nos atendió y claro se quiso pasar de lista con Minho acercándosele demasiado.
Lo que ella no sabia es que esta noche Minho estaba ocupado, esta noche Minho tenía una cita conmigo y no pensaba dejar que alguien fuera a arruinarlo.
— Disculpa pero ya te dijimos que no deseamos nada por ahora, ¿por que sigues aquí? — la chica al oírme solo me dedico una mirada fría para luego dejarle un pequeño papel a Minho, esa chica era una descarada. — ¿Qué dicen en el papel?
— Por que tan posesivo cariño, no te diré es un secreto entre esa chica y yo. — No sabia cómo sentirme al respecto, claro que estaba celoso pero también enojado, se supone que yo soy su cita esta noche ¿qué hace coqueteando con otras? Minho noto mi leve puchero de enojo y me dio un pequeño beso. — Amor, no te enojes sabes que esta noche el único que me importa eres tú. — Esas palabras fueron lo único que necesitaba escuchar para relajarme nuevamente, aunque ver que aún tenía ese papel me daba cierta molestia.
— Bueno... ¿quieres ir a bailar? — pregunté sentí que no estábamos haciendo mucho o tal vez yo solo era un desesperado por sentirlo junto a mi.
— Desearía que fuéramos a la barra y bebamos un poco... cuando entremos en calor podemos dar el siguiente paso a la pista de baile. — tras guiñarme un ojo se dirigió a la barra y yo fui tres el, no deseaba perderlo en aquel lugar lleno de personas —mayormente ancianos ricachones— no quería que esta noche se arruinara.
Al llegar a la barra me senté junto a él y pedí un vodka, quiera emborracharme, sentir demasiada adrenalina y disfrutar esta noche, tal vez me arrepentiría el día de mañana pero estar con Minho me hacía sentir diferente, quería impresionarlo, demostrarle que no soy un cualquiera con el que se meterá, no soy alguien de una noche.
— No te parece una bebida muy fuerte. — me pregunto, claro que era una bebida muy fuerte pero quería que viera que puedo con eso.
— No te preocupes estoy acostumbrado a beber esto, es más es mi bebida favorita. — me reí internamente por la gran mentira que había dicho, no puedo creer lo que hacía por impresionar a este chico, no llevo conociéndolo ni un día.
