12: Cita con un dramático

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Sorprendiéndose a sí mismo por el corto tiempo en que logró asearse y estar completamente listo, Jimin caminó hacia los casilleros de los vestidores —no era opción andar con ropa sudada, ya al día siguiente la lavaría— y guardó su mochila donde ya...

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Sorprendiéndose a sí mismo por el corto tiempo en que logró asearse y estar completamente listo, Jimin caminó hacia los casilleros de los vestidores —no era opción andar con ropa sudada, ya al día siguiente la lavaría— y guardó su mochila donde yacía su uniforme transpirado.

No iba a mentir, estaba nervioso. Sería una falacia decir que la situación no le importaba en lo más mínimo, cada paso que daba hacia la salida de la institución era un paso más del que se exponía a la bestia.

Cuando cruzó la puerta y la brisa fría lo envolvió, corrió y se escondió detrás de una de las tantas bancas que había en las afueras del establecimiento, inspeccionó el lugar tal agente del FBI y una ola de decepción lo golpeó al no encontrar a nadie, nadie estaba esperando por él.

Mientras se formaba un pequeño puchero en sus labios, se levantó con la cabeza gacha, sacudiendo sus prendas para eliminar el polvo del suelo que se pegó a ellas.

Y se habría mantenido con esa mueca hasta regresar a su casa de no ser por una voz que al reconocerla casi reviene su pulmón.

—¿Qué se supone que estabas haciendo? —interrogó Min con una ceja alzada y una sonrisa burlona.

¡¿Desde cuándo estaba ahí?!

«Diosito oppa, nunca te pido nada, pero por favor recógeme».

—¿Park? —¿Por qué se había quedado quieto?

—¿Sí?

—Eh... ¿Te encuentras bien? —¿Por qué no parpadea? Esto asusta.

—No.

¡¿Ahora que se supone que debe responder?!

Necesita un té.

—Me desmayo...

Y su cuerpo empezó a caer. Sin embargo, no colisionó gracias a los rápidos reflejos del chico de piel pálida.

—Mierda, Park, despierta. ¿Qué se supone que debo hacer yo? —preguntó empezando a desesperarse. ¡Nunca alguien se había desmayado en su presencia!

Un momento.

¿Por qué nadie lo había hecho?

«No es momento, Min Yoongi», se reprendió.

¿Debería pedir ayuda? ¿Respiración boca a boca? ¿Golpear su pecho para reanimarlo?

Bien, ya se jodió.

Acercó su cara a la del menor, sorprendiéndose por el dulce olor que desprendía su cuerpo; olía a vainilla, pero tenía un toque de chocolate, aunque también-

¡No! ¡Yoongi, concéntrate! Tapó la nariz de Jimin e inhaló.

—¡Detente, jodido idiota! ¡Ya está! Estoy bien, ¡estoy bien! —gritó el menor, apartando la cabeza que quería invadir su espacio.

Salta sobre mí [Yoonmin] [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora