Dudas Y Soluciones

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Mientras esperaba a Cristina pensé muchas cosas. ¿Y si no me creía? ¿Y si me tomaba por loco y solo conseguía que me golpeara? ¿Porque razón creería en mi? Las chicas, por muy raras que sean, no se aparecen de entre las sombras y te llaman por tu nombre para luego dejarte inconsciente y tirado en un parque.

Ahora que lo veo desde otra perspectiva hasta yo mismo creo que estoy chiflado. No puedo llegar a casa de Cristina a contarle esto. Como si la hubiera invocado, baja e interrumpe mis pensamientos.

-Ya estoy lista. ¿Nos vamos?
-Estoo... -No tengo ninguna excusa preparada, no se que le diré.
-¿Sigues aquí? Te estoy hablando -dice mientras hace un gesto con la mano.
-Si, perdón. Oye, creo que no es buena idea. Perdí mi móvil y MK me matará.

MK es mi "coach" como el se hace llamar. Cuando era pequeño y mi madre murió, mi padre quería contratarme una nana, pero, por lo que me cuentan, ninguna nana pudo conmigo. Entonces buscó a un exmilitar y me dejo a su cargo. Él ha sido siempre como un segundo padre. Y me llama al diario al mediodía desde hace un año que lo llamaron para hacer servicio temporal en la armada.

Salí corriendo de la casa de Cristina. Me siento mal por mentirle, aunque en parte era cierto lo que le dije, tengo que conseguir un móvil nuevo. Así que voy a casa por dinero y luego al centro comercial. Entro a la tienda de cosas de segunda mano y me cuelgo un móvil de mediana calidad.

No tengo idea de qué voy a hacer con la chica. Ni tampoco estoy seguro de querer saberlo. Tal vez deba dejar de pensar en todo esto y dejarlo pasar, como si fuera cualquier otra cosa insignificante. Digo eso y me lo repito sentado en la banca qué da a la ventana de una tienda de ropa hasta que la veo salir de ese local. Su cabello negro azabache y su manera de transmitir mil emociones con solo verla. No lo pienso dos veces y me pongo en pie decidido a seguirla y confrontarla, pero entonces ella voltea. La veo, y ella me ve. Al principio parece desconcertada, como si le extrañara que la reconociera; pero luego su morada se torna indescifrable, es como una mezcla de preocupación y... ¿enojo?.

Ella da media vuelta y corre, tan deprisa que parece como si volara. Yo solo veo su melena rebotar sobre su espalda al ritmo del vaivén de sus pies. Es demasiado rápida y dobla al llegar a la esquina. Justo entre la cafetería y la tienda de discos. Cuando yo llego ella ya no está. Y yo ya no veo su melena negra y rizada. Solo noto una sensación de vacío, acompañada de un pensamiento indeciso. Me quedo mirando al pasillo del centro comercial. Aspiro el olor a cafe y té chai mientras observó las baldosas blancas y relucientes que recubren el piso, donde no están las macetas con arboles de distintos tamaños y las bancas de rejilla metálica. Es ahí cuando veo algo que no debería estar allí. Parece un punto rojo, pero a medida que me acerco veo su verdadera forma: es un corazón de cristal con un ojo tallado por dentro. Me parece un objeto precioso y mi instinto me dice a quien pertenece.

Osculum: El Beso PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora