The End

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Narra Lucía:

Salí llorando de la casa de Danilo. Lo odiaba tanto, pero más me odiaba a mí por amarlo. Sabía que él nunca me iba a querer como yo lo quería, y también sabía que mientras estuviera viva, mi corazón iba a pertenecerle.

Me sentía muerta en vida. Ahora corría sin rumbo alguno, quería calmar mi alma un rato al menos. Cada lágrima que caía era una mezcla de dolor y rabia. Deseaba poder arrancar de raíz ese sentimiento que me ataba a él, pero era más fuerte que yo.

El viento frío golpeaba mi rostro, y cada paso que daba era una lucha interna por seguir adelante. ¿Cómo podía seguir amando a alguien que me hacía tanto daño? ¿Cómo podía seguir aferrada a un amor que solo existía en mi corazón?

Las calles vacías parecían reflejar mi estado emocional: desoladas y sin dirección. Sin embargo, algo dentro de mí se aferraba a la esperanza de un futuro sin este dolor, aunque pareciera imposible en ese momento.

Seguí corriendo, dejando atrás el eco de mis propios sollozos. Quizás, en algún momento, encontraría la paz que tanto anhelaba, aunque fuera solo por un instante.

Corrí y corrí hasta que llegué a la estación de tren, donde podríamos decir que nuestro amor se formó. Entré a la estación y me senté en un banco vacío, sintiendo cómo el celular no dejaba de sonar.

Ya harta, revisé quién era, y la mitad de los mensajes eran de Manuel preguntándose dónde estaba, mientras que la otra mitad eran de Danilo pidiéndome perdón. Sabía que ese perdón él no lo sentía, era solo un perdón vacío.

Más lágrimas empezaron a salir, y para distraerme salí de la estación, pero comencé a caminar junto a las vías del tren. El sonido constante de los trenes pasando era como un eco de mi dolor interno. Cada paso que daba era una lucha entre seguir adelante y detenerme, entre olvidar y recordar.

Mi mente estaba llena de pensamientos confusos y emociones encontradas. ¿Cómo podía seguir adelante después de todo esto? ¿Cómo podía encontrar la fuerza para dejar ir a alguien que había sido mi mundo durante tanto tiempo?

El paisaje a mi alrededor se desdibujaba mientras avanzaba, sumergida en mis propios pensamientos y sentimientos. Necesitaba tiempo para procesar todo lo que estaba sintiendo, para encontrar una salida a este laberinto emocional en el que me encontraba atrapada.

Narrador omnisciente:

La descripción de Lucía fue más grande y no pensó más de dos veces en su siguiente acción. De repente, levantó la vista y sus ojos se posaron en las vías del tren que se extendían frente a ella, un camino de hierro que parecía llevarla a ninguna parte y a todas partes al mismo tiempo.

Sin pensarlo dos veces, Lucía se levantó del banco y caminó decidida hacia las vías del tren. El sonido metálico de los rieles resonaba en sus oídos, mezclándose con el latido acelerado de su corazón. Cada paso era una afirmación de su determinación, una forma de liberar la tormenta de emociones que la envolvía.

Las lágrimas seguían surcando su rostro, pero esta vez no eran solo lágrimas de tristeza, sino también de liberación. Sentía que cada paso la alejaba un poco más de ese amor que la ataba y la arrastraba hacia abajo.

A medida que avanzaba, los recuerdos se entrelazaban con el presente. Recordaba las risas compartidas, los momentos de complicidad, pero también las discusiones y las lágrimas derramadas.

Saco su celular y le escribió a su madre un "Te amo ma, fuiste la mejor y no tenes la culpa"

A Manuel le escribo un "Gracias por ayudarme"

Y a Danilo un "Siempre te voy amar y siempre que haya una mariposa cerca tuyo, soy yo"

Después de esos mensajes a los lejos se escuchaba la bocina del tren y sin pensarlo dos veces se tiro en las vías.

El tren no llegó a frenar y le causó a Lucía la muert3 casi de inmediato.

Narra Danilo:

Al ver el mensaje de la wacha, salí corriendo hacia la casa de ella, pero me detuve en la estación de tren. Estaba llena de ambulancias, policías y personas.

Rezaba para que no fuera lo que pensaba. Me acerqué para ver si podía ver algo y vi una camilla, pero lo peor fue que tenía el cuerpo de Lucía.

Todo esto era culpa mía. Mis piernas se sintieron como plomo mientras mi corazón latía con fuerza en mi pecho, un eco de angustia y culpabilidad. Recordé cada discusión, cada momento de indiferencia, cada vez que la hice sentir menos de lo que era. Nunca pensé que nuestras acciones pudieran tener consecuencias tan devastadoras.

Me senté en el suelo, abrumado por el peso de la realidad. Mis manos temblaban mientras las lágrimas caían sin control. Había perdido lo que más quería por mi estupidez y egoísmo.

Ahora, solo quedaban los recuerdos y el remordimiento, una carga que llevaría por el resto de mi vida. Ojalá pudiera retroceder el tiempo y hacer las cosas de manera diferente, pero ya era demasiado tarde...

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Buenas acá el final seguramente acá un extra para que vean como termina la vida de Danilo.

No se que voy hacer con el de fic de kiru pero mañana sale el Cap de un nuevo de fic de C.R.O

Gracias por el apoyo que le dieron a este fic y espero que a mis nuevos fic puedan darle amor también.

Mojaa || Danilo Sanchez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora