Capitulo 3

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Charlie quedó quieto ante la pregunta y se cuestionó el estado de salud de la joven —Yo creo que soy de carne y hueso, pero buena pregunta existencial, señorita. —Emm disculpe mi falta de modales, mi nombre es Rebecca Wood— le extiende la mano para dar un saludo formal.

—Encantado soy Charlie Anderson— Le recibe el apretón de manos. — puedo volver a preguntar qué significa ser una ̈ilusión de este pueblo. ̈— Dijo él con una expresión amigable para poder mantener la conversación.

Rebecca quedó en silencio y volvió a contemplar el mar

— Este océano ha dejado un gran legado de muchos sucesos en este pueblo, Todos en este pueblo viven una vida que tal vez no quieren vivir. —¿ Qué?— Dice Charlie con obvia confusión,— ¿obligados a vivir vidas que no quieren? disculpe señorit- digo Rebecca, no entiendo a que va ese comentario— Rebecca sin dejar de mirar el océano se despide de Charlie con un sutil gesto con la cabeza y se retira. Dejando al pobre muchacho solo con sus nuevas preguntas, aunque optó por no darle importancia a la muchacha de extraña actitud.

Con el continuar de la semana Charlie ya se mostraba más holgado en el pueblo, se sabía las calles, y reconocía los locales en cada parte de este lugar , nunca más se cruzó con Rebecca cosa que le parecía raro ya que para un pueblo tan pequeño,

perder a alguien de vista se veía difícil. Cuando llegó a su casa pensó que le era necesario escribir algo, pero estaba en un gran bloqueo creativo que lo hacía sentir frustrado porque había hecho un largo viaje hasta este pueblo,con la ilusión de escribir y la simple motivación no le llega.

Sus pensamientos lo estaban agobiando y prefirió abandonar su casa aunque acababa de entrar para no pensar tanto en el tema.

Cuando salió de la puerta de su casa noto un grafiti.

Este estaba en medio de la calle, parecía el logo de la anarquía pero de color bordo y negro.

Charlie sintió un escalofrío en su cuerpo aunque prefirió seguir caminando como si nada.

Analizo un poco la luna mientras entraba a su casa, al entrar el escalofrío aún acompañaba, mas pensando en lo que es su desolada casa,pudo encender la lámpara con un único foco en la cocina, le da un poco de iluminación cálida a la casa.

Con su colchón en el suelo, un libro y todo rodeado de cajas, este se hizo su entorno cómodo.

Por lo menos hasta encontrar una ferretería abierta para iluminar la casa y una costurera para ponerle un parche a las cortinas.

Charlie se sentó en la mesa a cenar un café con arroz, pero al primer bocado se sintió más desolado de lo normal.

Busco su radio de bolsillo entre las cajas, un poco empolvada y con bastante transferencia pero fue bendecido por el cántico de su cantante favorita Mon Laferte con uno de sus éxitos de desamor y sentimientos al máximo esplendor.

Por lo menos una mejor compañía para el café y el ruido de las olas.

Se quedo escuchando la radio contemplando el océano desde su cama. 

La Costa De Las SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora