Capítulo 4

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Vueltas, vueltas y más vueltas. ¿Pero se puede saber esto que es? Suelto un exasperado resoplido de frustración a la vez que golpeó el colchón con la palma de mi mano.

-No puedo dormir-Que lo diga en voz alta no cambia ese hecho. Decido levantarme e ir a por mi teléfono que lo deje cargando por la cocina.

Aquí  son las 9:5pm. Sin embargo en mi país han de ser las 4:5pm, con razón se me hace imposible dormir. Frustrada me acerco al pie de la ventana y miro hacia el exterior. Primero contemplo la belleza del cielo nocturno, las estrellas titilando, la luna radiante. Mi vista va descendiendo hasta caer sobre los transeúntes que aún caminan las calles bajo la luz de las farolas y demás alumbrados públicos. La verdad está bastante animado allí fuera. Ya que no puedo dormir...¿debería salir un rato?

Decidida a no seguir encerrada en esta habitación asfixiante, voy a mi maleta y elijo un atuendo que usar. Tomo mi bolso y salgo determinada a conocer un poco de la belleza de Londres bajo el velo nocturno.

-Buenas noches- antes de si quiera pensarlo las palabras salieron de mi boca y flotaron hasta el chico de recepción.

El me miró con sorpresa- Buenas noches Srta.

Me detube y me le quede mirando. Parece alguien callado pero estoy decidida a hacer de las mías  esta noche. Con paso firme me dirijo hasta el y extiendo una de mis manos por encima de la barra a modo de saludo.

-Me llamo Paula. -Dejo escurrir una bonita sonrisa que adorne mi angelical rostro. 

El chico parece pestañear y salir de su trance- Yo me llamo Benedict, soy el recepcionista.

-Es un placer Benedict, soy la inquilina de el tercer piso.

El chico me dedica una ligera sonrisa- Bienvenida, Paula.

-Gracias, me puedes decir Pau. Así que Benedict, a pesar de sentirme exhausta por el vuelo, no puedo dormir. Por lo que se me ocurrió salir a conocer un poco. ¿Qué me recomiendas?

Veo que el chico se lo piensa unos segundos- Mmh, bueno lo más común por aquí  para pasar el rato son los pubs. 

-Excelente, sabes donde puedo encontrar uno interesante?

-Pues se de varios. Pero, creo que hay uno especial que deberías conocer.- Me hecha una ojeada de arriba a abajo rapidamente- En realidad no es tan relajado como un pubs normal, pero creo que te vendrá bien.

Sus palabras me confunden un poco. ¿Relajado? -¿Qué quieres decir?

Lo veo moverse y tomar una pluma y un pequeño trozo de papel.- Si es un lugar donde podrás tomarte unas copas, encontrar buen ambiente y compañías beneficiosas. Ten- me extiende el papelito y veo lo que parece una dirección anotada en el.

La tomo con curiosidad.- Muchas gracias Benedict.

-No hay de que. Si vas por Oxford Street te será más  fácil.

Le agradecí nuevamente y salí de allí.  Vale, ¿son paranoias mias o estuvo raro eso? Como sea, la idea de ir por la calle Oxford me encanto. Hace poco me leí  los libros de la saga Bridgerton dónde está calle se menciona mucho. Esta idea me hizo pensar en mi madre, a ella le encanta leer como a mi. Siempre estamos parloteando sobre algún libro, en especial los de épocas pasadas. Mi barbilla tiembla y siento como mis ojos escocen. Respiro profundo tratando de despejar esa nube de recuerdos que se sierne sobre mi.

~Mamá está bien, yo estoy bien.~

Me repito esto las veces necesarias para no hecharme a llorar aquí  mismo. Es normal extrañar a la familia, pero cuando estas tan unida a alguien el dolor de algún modo es aún  más  desgarrador. Y con mucho orgullo puedo decir que a pesar de cualquier diferencia existente, Mamá y yo estamos muy unidas.

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Londres es hermoso, pero hace un frío que revive a los muertos. Me encuentro ya en la calle de las mil tiendas, voy concentrada escuchando el relajante sonido de los pasos al golpear los adoquines. Mi vista viaja de un lado a otro deteniéndome  en cada aparador que puedo. Lamentablemente muchas de las tiendas están cerradas pero eso no quita el encanto de Oxford st.

De pronto siento un ligero toque sobre mi hombro derecho, miró y no veo nada, sigo avanzando, pero nuevamente me detiene un pequeño golpe, esta vez en lo alto de mi cabeza.

-No puede ser- Levanto la cabeza al cielo inconscientemente, otra gota se precipita hasta mi rostro.

Me apresuró a encontrar algún local donde pueda refugiarme de la inesperada lluvia que me persigue. Mis esperanzas se desvanecen de apoco al notar que todos los lugares están cerrados y no hay mucho espacio donde meterme. Por un segundo creí  que terminaría mi noche empapada por la lluvia, pero a último minuto divice el portal de una tienda que parecía estar abierta, sin pensármelo mucho corrí hasta ella.

Dejo de correr al llegar a sus puertas. Entro calmadamente y con disimulo arreglo mi cabello que se despeino en la carrerilla. No hay personas dentro, es una tienda mediana, decorada muy bonita con un estilo barroco y a la vez influencias modernas. Aprecio en una de las paredes unos cuadros, me llama la atención uno en particular, dos jovenes que reflejan algo como, ¿la embriaguez? . No sabría describirlo, hechando un vistazo al rededor noto el porqué. Es una licorería. Un montón de estantes con vinos de diferentes clases y ...

-Dios mío...- precios exagerados, a mi parecer.

Observo desde mi posición al señor detrás de la barra que por un momento me mira raro o no. Tal vez solo es locura mía,  tal vez porqué se que espera que compre algo y claramente no pienso comprar nada por dos razones, no tomo y no me puedo permitir esos precios, al menos por ahora...

He hecho muchas veces esto en mi país de entrar a una tienda y solo mirar por ratos,  pero por alguna razón  se siente como ilegal aquí. Suelto una rosita nerviosa y veo que el señor detrás de barra levanta un poco la cabeza de lo que está haciendo y me mira. Ay Diosito, ¿pensará que soy una ratera? ¿Será que me toca vivir mi momento discriminacion  por parecer pobre? Pero que digo... Por el rabillo de mi ojo izquierdo veo una sombra pasar entre estanterías y se me abre un hueco en la boca del estómago. ¿Qué fue eso? Trato de disimular y seguir viendo las estanterías.

-Esta bien, deja ya la paranoia. -digo bajito solo para mi. - Acaso la falta de sueño adecu..- dejo de murmurar cuando noto justo delante de mí a una persona.

~Si, shee, calladita, no vaya a pensar que estas loca~

Es un chico, de lleno únicamente veo su ancha espalda. Trae puesto una gabardina negra que se ve costosa, por lo demas solo alcanzó a ver sus zapatos de vestir y su cabello castaño oscuro  bien peinado.

~Un estilo elegante, eh? Me gusta y Wow~

Estaba algo inclinado agarrando una botella en las primeras filas cercanas al suelo, pero una vez que se iergue noto que es alto, muy alto. Noto que toma unas botellas y se dirige al mostrador. Yo toda nerviosa, sin saber muy bien porque, decido que mejor salgo a comprobar si sigue lloviendo. Y en efecto, aun sierne, como la lluvia ya no es fuerte medito la idea de salir así mismo.

Soy LATINA ¿y qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora