Doy vueltas entre mis sábanas, evitando destaparme. Me estiro un poco, abro un ojo y la luz solar que se filtra por una rendija y da justo sobre mi cama logra hacer que reconsidere si debo abrir completamente los ojos o no.
~Mmmh, debería. Pero no quiero.~
Dejo escapar un sonoro suspiro y jalo de las gruesas mantas para taparme hasta la cabeza. Ya se, soy peresosa. Pero es que estoy tan agustito aqui. Con la temperatura perfecta, con mi pijama favorito, sin sin ser conciente aún de todos mis problemas. Ah, esa sensación perfecta y agradable que te provoca el estar acurrucadita y cómoda en tu lugar seguro.
¡Toc, Toc, Toc!
~¡Joder, no!~
No,no,no,no ahora. Dejame en paz mundo. ¡Dejame ser feliz!
~Toc, Toc, Toc~
Esta vez los golpes son con más insistencia. Por lo que con un creciente rincor hacia quien sea que ha osado llamar tan temprano a mi puerta y con paso firme me dirijo a abrir.
La verdad todo fue muy rápido y yo estaba demasiado adormilada como para que mi sistema de procesamiento registrara de forma conciente lo que pasó. Pero fue algo así:Con mi mejor cara de molesta, abrí la puerta. Y cuando estaba a punto de protestar, una figura veloz se abalanzo sobre mi a toda velocidad, no sin antes soltar un fuerte gritillo y lo que parecia unas bolsas salieran volando por el aire.
-Aaaaaaah. ¡Qué alegría!
-¿Gis?
-Cariño, creo que estás sofocando a tu amiga.
Es ahí cuando me doy cuenta de la otra presencia que espera muy pasivamente junto a la puerta. Madre mía.
-Tienes razón. ¿Estas bien chama? - Dice a la vez que se levanta dejandome libre.
-Si, si tranquila. Auch.-Llevo veloz mi mano a mi cadera. Mientras, soy observada con preocupación.
-¡Ay! No me digas que te lastime en serio?.
Hago un gesto despreocupado con mi mano.
-No te preocupes. Los accidentes pasan. Y estoy segura que no es nada grave.
-Deberías sentarte, Gisela trae una pomada para el dolor en su bolsa. -Comenta el guapo desconocido aún en el umbral de la puerta.
-¡Cierto! Anda sientate.- exclama, la rubia mientras me arrastara al borde de mi cama.
Y así de tranquila comienza mi mañana. Pero no me puedo quejar, a pesar de que me tomo de imprevisto, ver a Gise después de años ha sido como un regalo de navidad. Especial y muy esperado.
Resulto que el chico, alto, de pelo rojizo y sonrisa deslumbrante, es nada menos y nada mas que Philips, el ahora marido de mi amiga. Pareció ser un personaje agradable, sin embargo, tambien note que es el calmado de la relación, mientras Gis es una explosión de emociones, el parece ser el que siempre mantiene la calma.
Pasamos un rato platicando allí, hasta que mi amiga decidio que deberiamos salir a comer algo y así ponernos al día.
Por su lado Philips comento que nos dejaría donde desearamos pero debía reunirse con alguien, por lo que estariamos solas.Como el remolinos que es, Gis se acerco a mi ropero y eligio que me pondría. Yo me deje hacer, la verdad no me molesta , no con ella.
*************************
-¿Y eso fue todo? Yo hubiera jurado que siendo tu como eres. El desastre seria mayor. -comento con mofa.
Mi amiga puso cara de ofendida.- ¿Perdona? Pero que mal concepto tienes de mi. Además, ¿yo que iba a hacer? , ellas se lo ganan por ser gatas rompe hogares. Yo solo protejo lo mio amiga.
-Ya... y por eso tuviste que jalarle de las greñas hasta sacarle las extensiones? - inquirí conteniendo el ataque de risa que quería salir.
-Bueno, yo... Es que... ¿A ver, y yo como iba a saber que tenía extensiones?
Nos quedamos unos segundos mirandonos y luego estallamos en risas hasta que las lágrimas saltaron de nuestros ojos y el estomago dolía.
-Ay, hermana. La verdad, es que tal vez si me pase un poco. Pero estoy revindicandome, ahora soy la señora de Hitsh, debo comportarme como tal. Phil, me tiene mucha paciencia y no me juzga, pero debo dejar un poco mis maneras alocadas.
-Bueno, jamás dejes ir tu escencia. Sin embargo, siempre con la diplomacia y gracia de una reina por delante.
-Así es. -La chica tomó de su jugo de naranja y luego me miro con cara de complice. - Pero dejemos de hablar de mi. Cuentame como te han udo estás semanas aquí.
Yo estaba saboreando mi dulce muffin, cuando hizo la pregunta. En seguida la presencia debastadora de Sadock invadio mi mente. De pronto la masa achocolatada ya no baja por mi garganta como hace unos minutos. Deje el dulce de lado y me fui sobre la taza humuente de té frente a mi. Y sin importarme lo caliente que estubiera dí un largo trago aliviando la presión en mi garganta.
Evidentemente, mi perspicaz amiga lo noto enseguida. Y con una fuerte mirada acusatoria dictamino: - ¡algo paso y no me has contado!
Mis ojos se desorbitaron.
-¡No es cierto!
-Claro que si! Habla ya mujer, no me dejes en ascuas!.
-No seas exagerada- farfulle.
No pude escapar, así que le conte lo sucedido desde el momento en que me monte en el auto de un sexy desconocido, la cena con los italianos y la discusión con él.
-Y esa fue la última vez que lo vi. Llevo una semana y algo sin saber de él.
-Pero no se supone que seas su intérprete?
-No, soy la interprete de los italianos, ese lunático estuvo en contra de ello. Yo ya le hice un favor. Y ¿Como me pago? Insultándome, despreciandome y encima quería dejarme sin trabajo.
-Que fuerte, sera hermoso pero es una bestia.
- Y que lo digas. De todos modos, tengo una cita programada con el señor Vannicelli. Estoy emocionada de poder trabajar en algo que me gusta.
-Ser intérprete se te da de perlas. ¿Pero, a todas estas de que es la empresa del tal Sadock?
-Ni idea.- Ahora que lo pienso hay mucho aquí que no se. Dios santo, si soy una impulsiva. A saber en que me he metido.
Pero no pienso dar marcha atrás. Solo puedo pedirle a Dios que me guarde. Sea lo que sea me las tendré que apañar.
-No te parece todo muy raro. Le hiciste semejante favor a un desconocido y trabajaras para otro desconocido que ha saber Dios sus intenciones.
No supe que responder a eso. En el caso de Sadock, necesitaba el dinero y era dinero fácil. Pero no se que me reparara el futuro junto a Vannicelli, de todos modos. No puede ser algo tan malo, cierto? Quiero decir, solo sere una simple intérprete, ¿qué hay de emocionante o peligroso en eso?
Estuvimos un rato más platicando sobre nuestras vidas y cotilleando de cualquier cosa, hasta que Gis recibio una llamada de su esposo, haciendole saber que esta misma noche tendrían una cena importante. Por lo que después de un rato, nos despedimos para que ella pudiera llegar a su hogar para alistar lo que necesitase antes de la cena. Siempre con la promesa de volver a reunirnos pronto.

ESTÁS LEYENDO
Soy LATINA ¿y qué?
RomansLa vida está conformada por acciones y reacciones. Desiciones, miedos, risas,penas, etc. Dos jóvenes que luchan por encontrar su lugar en este mundo. Por conseguir sus vidas soñadas. Ella, una chica de carácter latino. Él, un chico británico con s...