Capítulo 5

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-Podría moverse. -El sonido de una gutural voz me saca de mis pensamientos.

Automáticamente me hago hacia un lado para permitir el paso. El chico que antes estaba dentro parece ya termino de comprar, lleva una bolsa de papel en su mano derecha. No lo miró directamente solo me quedó allí quieta en una esquina de esa pequeña entrada resguardandome de la llovizna. El desconocido tampoco hace mucho ademán en irse, en su lugar comienza a urgar en sus bolsillos, saca un encendedor y un cigarro que no tarda en llevarse a la boca y prender.

-¿Como te llamas?-Tarde un segundo en comprender que esa voz se dirige a mi.

-Paula señor. -Puedo sentir que me observa de reojo desde su altura.

-¿Y qué haces sola a estas horas? - Habla despacio y cómo si estuviera muy cansado.

-Solo quise salir a conocer un poco, señor. -La verdad no parece mucho mayor que yo pero su actitud y porte me infunden alguna clase de temor, eso sumado a la cordialidad acostumbradas para extraños me hacen llamarlo señor.

-Te ofrezco un trato. -Veo que se voltea hacia mi y me mira con intensidad desafiante. Esta vez decido mirarle también.

Es bonito, muy bonito. Me hace pensar en una liga entre Henry Cavill y Cillian Murphy. Solo que este tiene los ojos verdes no azules, cabello castaño, y rasgos finos. Intento sacar esas ideas de mi mente y concentrarme en lo que me acaba de decir.

-¿Un trato señor? ¿A qué se refiere?

-Esta noche debo que asistir a una reunión y necesito acompañante. - Al ver mi cara de confusión añade- Te estoy ofreciendo ser mi acompañante.

Esto es raro, no me lo pienso dos veces antes de responder-Lo siento, no podré. -Veo que levanta una de sus cejas insatisfecho con mi respuesta.

-Estoy seguro que no tiene nada más importante que vagar por las calles de Londres, además le pagaré por acompañarme. Apuesto que lo necesita.

Su afirmación me toma de sorpresa- Perdóne, ¿cómo podría saber usted eso?

-Eres emigrante, no es así?

-¿Como sabe que soy emigrante?- sigo descolocada

-Tu acento, mejor dicho, tu carencia de el. No tienes el acento de Londres ni de ninguna parte de Inglaterra en si.

Tiene razón. Aprendí inglés pero, inglés americano.

-Será sólo por unas horas, solo tendrás que sonreír y estar a mi lado. No es difícil y ganarás dinero. Es un ganar- ganar.

No respondo, miró hacia la nada y contemplo las posibilidades. Es cierto que necesito empezar a conseguir dinero rápidamente. Tengo visto lo de un empleo pero eso es algo inseguro. Y lo que me ofrece no está mal, si es cierto que solo debo acompañarlo y sonreír, unas pocas horas, encima recibiré dinero por no hacer más que ser un bonito florero, es tentador. Pero...

-Bien, si no estás de acuerdo. Buenas Noches y hasta nunca.

Cuando vuelvo a la realidad me doy cuenta que el extraño hijo de Cavill y Murphy ya había terminado su cigarro y sale del resguardo en el que estábamos. Lo veo dirigirse apresurado a la acera del frente. Es allí cuando me percató de un flamante auto negro parquiado justo en frente de mis narices. Lo veo montarse y prender el coche. Un impulso de adrenalina me lleva a salir detrás de él y golpear la puerta del copiloto. La suave llovizna de apoco me empapa. Golpeó el cristal y le hago señas para que lo baje. Por un instante siento que soy ignorada puesto que los cristales están polarizados y no veo hacia adentro si me nota o de plano me va a ghostear. Pero para mi salud, en vez de solo bajar los cristales, siento un clic y la puerta del copiloto se abre.

Soy LATINA ¿y qué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora