𝐼

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"𝙾𝚍𝚒𝚘 𝚊𝚚𝚞í 𝚊𝚜í 𝚚𝚞𝚎 𝚟𝚘𝚢 𝚊 𝚓𝚊𝚛𝚍𝚒𝚗𝚎𝚜 𝚜𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝𝚘𝚜 𝚎𝚗 𝚖𝚒 𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎"

I

"I Hate It Here"

- Wildest Dreams

- Wildest Dreams

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"Odio aquí". Una frase simple, pero eficiente si se quiere expresar disgusto respecto a un lugar.
Lucille la repitió todos los días durante los últimos doce años de su vida. Aunque dejó de hacerlo un poco cuando su primer y esperaba, único hijo, nació.
Cuando odias a tu esposo no puedes aferrarte a nada más que a tus hijos.
Y pese que Clarisse, la hija del antiguo matrimonio de Helmut, era sólo su hijastra, para Lucille era su hija de verdad.
La crió desde muy pequeña, aún cuando la pequeña la odiaba por arruinarle la vida, por ocupar el lugar que su madre nunca pudo ocupar.
La antigua baronesa Baxter, de quien Helmut se enamoró de verdad, y a quien perdió por una horrible enfermedad.
Malaria, contraída en un viaje a la India. Claro que Lucille no supo aquella historia gracias a su esposo, y menos por su hijastra, lo supo gracias a su fiel ama de llaves.

Había muchas veces en las que Lucille llegaba a sentir lástima por su viejo marido, quien ya caminaba con ayuda de un bastón por el dolor en sus rodillas, a quien el cabello se le tornaba de tonalidades grises y las arrugas le aparecían hasta en los lugares más recónditos de sí mismo.
Sin embargo, había días en los que Lucille no podía ni escucharlo masticar porque sentía un terrible resentimiento hacia él.
La persona que le robó su juventud, su niñez. Por el que la habían entrenado para gustarle, prohibiéndola de descubrir sus propios sueños y anhelos.
Le había robado todo, y su único motivo de seguir eran sus dos hijos.

Después de doce años, ya estaba acostumbrada a la gótica casa en la que vivían.
Situada en el campo, específicamente en Kent. Un "hogar" con muros altos, portones negros repletos de picos, un jardín que recorría algunos cuantos kilómetros, y la casa, la mansión. Las paredes de piedra de su casa, con plantas cubriéndolas casi todas, y dentro, era aún más sombría.
Sí, no era un lugar armonioso y lleno de vida, pero era su casa. Lo único que le quedaba además de sus hijos.
Aprendió a vivir ahí, se adaptó, y ahora le gustaba.
Los cuadros viejos, las reliquias tétricas, y los colores lúgubres se parecían mucho a lo que ella sentía por dentro.

𝙒𝙞𝙡𝙙𝙚𝙨𝙩 𝘿𝙧𝙚𝙖𝙢𝙨 • 𝗕𝗿𝗶𝗱𝗴𝗲𝗿𝘁𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora