Beso interrumpido

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El juego de los besos que mantenían había evolucionado a un nivel descomunal, a tal grado que a Seunghyun le costaba trabajo mantenerse lejos de Jiyong, como un niño travieso que busca sus caramelos favoritos. Acordaron mantener un perfil bajo, guardando el secreto para todos los demás, porque ambos eran demasiado jóvenes y estaban asustados de las consecuencias, y preferían disfrutar y embriagarse de la adrenalina entre cada beso, cada caricia y sensación caliente que recorría sus cuerpos cuando estaban juntos.

Pero era difícil, tan difícil, cada día era más complicado desviar la vista, cuidando no mirar demasiado, tener que apartar los ojos del cuerpo ajeno, porque estaban rodeados de personas y no podían permitirse rumores. Pero, como un ser vicioso, volvía a mirar, porque había algo encantador en la tortuosa espera.

Era difícil prestar atención al entorno cuando lo único que deseaba era saltar encima de Jiyong y dejarlo sin aliento, más ahora que todos habían conseguido un hogar propio, y ya no podían dormir juntos tan a menudo. Sin embargo, las cosas habían evolucionado, habían subido de nivel el día que Seunghyun le llevó a conocer su nuevo departamento, con el pretexto de que le ayudara a decorar.

Ellos no habían ido más allá de la habitación en toda la tarde.

Un beso escaló a un abrazo apretado y caliente, y terminaron envueltos en las sábanas, temblorosos e inexpertos, pero había sido hermoso e inolvidable, porque era Jiyong quien se sujetaba a él, quien suspiraba en su oído y pronunciaba su nombre.

Seunghyun estaba enamorado.

Se obligó a apartar la vista del cuerpo sudoroso y medio desnudo de Jiyong, por muchas razones, porque estaban a mitad de los vestuarios intentando cambiarse dentro del tiempo límite, porque los fanáticos coreaban sus nombres y estaban a mitad de un increíble concierto.

Personas del staff iban y venían, anunciando los minutos restantes, mientras se apresuraban a vestirse y verse lo más alineados posible. Seunghyun sabía que debía mantener la calma y concentrarse, pero los nuevos tatuajes en la piel suave de Jiyong seguían reclamando su atención.

¿Cómo lo hacía? Sólo respirar y verse increíblemente irresistible.

Jiyong le atrapó mirándole el trasero, enfundado en unos apretados pantalones de cuero, a través de su reflejo en el espejo. Sus ojos conectaron, en completo silencio, sin dejar de alistarse, hablando entre miradas y sonrisas traviesas.

Jiyong iba a volverlo loco.

Una voz anunció que tenían que salir en dos minutos, y el resto de los chicos corrieron fuera del lugar, apresurados y nerviosos. Hubo silencio, apenas unos segundos, antes de que Jiyong se girara apresurado, siendo aplastado contra el tocador por el cuerpo de Seunghyun.

Sus cuerpos chocaron, calientes y ansiosos, fundiéndose en un beso desesperado y demandante, como si hubieran pasado años sin tocarse, como si no hubieran despertado juntos aquella mañana, envueltos y desnudos sobre las suaves sábanas que compartieron.

Seunghyun apretó la dura superficie sobre la que Jiyong reposaba, deseando apretar con la misma fuerza los muslos del otro, pero no había tiempo y todo aquello era muy peligroso. Pero los dedos de Jiyong se colaron entre su cabello, atrayéndole con fuerza, gimiendo en su boca. Ese era Jiyong, demandando atención.

"Al carajo" pensó, lleno de bruma y fiebre, apretando la cintura del otro, arrancándole un gemido más fuerte, deseando dejar la marca de sus dedos sobre la piel tersa. El jodido mundo podía estarse desmoronando y él permanecería ahí, aferrado a Jiyong, porque era ese el lugar al que pertenecía. Ese era su lugar en el mundo.

De pronto, unos pasos apresurados se hicieron oír entre la neblina, y la puerta se abrió.

─ ¡Chicos, rápido! Quedan treinta segundos ─dijo uno de los planificadores, quién, a la par, hablaba por el intercomunicador con alguien más. ─Vamos, vamos.

Ambos habían logrado apartarse, alisando su ropa e intentando no partirse a carcajadas por la situación tan ridícula. Se miraron unos segundos más, sonriendo con complicidad.

─Tu cabello es un desastre ─le hizo notar Jiyong, como si no hubiera sido él el culpable.

Pero le sonrió en respuesta, elevando los hombros sin interés. ─Así está bien.

Ambos corrieron a través de los pasillos, hasta sus respectivos lugares, vibrando de emoción ante los gritos entusiastas del público. Aquella noche, Seunghyun disfrutó del espectáculo, brincando y riendo como un niño pequeño, llevando con orgullo su cabello desaliñado, como una marca, algo para presumir, porque había sido Jiyong quien la había dejado.

***

Estoy intentando plasmar distintas épocas de su vida, jugando con sus temperamentos, en esta parte quería dejar en claro lo llenos de energías que están, y como esa juventud nubla su razonamiento jaja.

¡Nos leemos mañana! 

KISSPRIL GTOPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora