Último beso

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Si alguna vez le hubieran dicho a Jiyong que estaría en las instalaciones de la NASA, esperando pacientemente a que fuera el turno de su esposo para embarcarse en una aventura espacial, bueno, se habría reído. Por muchas razones, que incluían la palabra esposo y viaje espacial.

Pero ahí estaba, sentado en un cómodo sofá, mientras veía a muchas personas ir y venir, todos uniformados con el logotipo de las instalaciones. Miró su propia chaqueta azul, acariciando el bordado, Seunghyun se la había regalado, aun si era notorio que no era de su talla, pero lucía valientemente el nombre de "Seunghyun Choi". Sonrió, porque a veces era muy infantil, y creía que no veía a través de sus obscuras intenciones, haciéndole ir por ahí con su nombre grabado.

Habían llegado al lugar hace largas horas, y tan pronto entraron, se habían llevado a Seunghyun para los últimos detalles de la misión. Jiyong había permanecido todo el tiempo en la pequeña sala, manteniendo rápidas conversaciones con los demás familiares de los otros tripulantes. Todos estaban igual de nerviosos, y tenían un acuerdo silencioso de no decir nada que alterara más sus nervios, centrándose en hablar sobre sus familiares o aficiones.

Jiyong no mentiría, estaba aterrado y emocionado en partes iguales, pero nada listo para despedirse de Seunghyun y verle partir en un cohete hacia la Luna.

Sonrió, porque esa eran la clase de cosas que hacía Choi Seunghyun, claro que sí, sólo él era tan loco como para conseguir salir de la Tierra.

Joder, amaba tanto a ese loco hombre.

Después de lo que pareció una eternidad, finalmente Seunghyun y los demás tripulantes aparecieron, todos uniformados y con una brillante sonrisa. La emoción era palpable.

Seunghyun se aproximó a él, tomando sus manos con suavidad. —Todo está listo, pronto partiré.

Jiyong hizo una mueca infantil, haciéndole reír. —No puedo creer que seré el esposo que se queda en casa, mientras el otro va de viaje, esperando con melancolía su regreso.

—Sabes que no tienes que ponerte melancólico, ¿no?

—Eso me quitaría cierto estatus, me convertiría en un hombre sin corazón.

Seunghyun le miró, de aquella forma dulce y amorosa que sólo él sabía hacer, y Jiyong supo de inmediato que pronto se pondría a llorar, porque estaba a punto de ser masacrado por palabras dulces.

—Jamás serás un hombre sin corazón, porque te estoy dejando el mío.

Sí, ahí estaba. Choi Seunghyun, romántico sin vergüenza. Aun así, Jiyong sintió sus ojos humedecerse, porque aquellas palabras nunca dejarían de causar efecto en él, de agitar su corazón.

—A cambio te estás llevando el mío, no lo olvides —le hizo saber, colocando su mano sobre aquella parte de su cuerpo donde latía su corazón. —Tienes que regresar, ¿sí?

—Por supuesto, ni siquiera un alien con tu lindo rostro logrará retenerme.

Jiyong rio, porque cada cosa tonta que decía Seunghyun siempre había tenido esa reacción sin sentido de su parte.

Suspiró. —Te amo, Choi Seunghyun.

Y era verdad, llevaba la mayor parte de su vida amando a ese hombre, era un sentimiento tan natural que era imposible pensar que no nació haciéndolo. Amaba lo que eran, en lo que se habían convertido, amaba sus sueños y metas, las anécdotas del pasado y lo que les deparaba el futuro. Amaba la idea de ellos dos, juntos, enamorados eternamente.

—Dame un último beso, antes de partir.

La petición de Seunghyun estuvo cerca de hacerle llorar, pero consiguió calmarse, con mucho esfuerzo. Miró a ese hombre, a su hombre, su Seunghyun, guapísimo, luciendo con orgullo su uniforme de la NASA, y algo se calentó en su pecho. Estaba tan orgulloso.

—Quién diría que el astronauta Choi es tan mimado —se burló, pero no perdió tiempo y se enredó en los brazos de su esposo.

No perdió tiempo en pensar que estaban rodeados de muchas personas, no cuando aquellos eran sus últimos momentos juntos antes de verle partir. Unió sus labios, con dulzura y todo el amor que había en su cuerpo.

Seunghyun profundizó el beso de inmediato, sujetándole de sus brazos con firmeza, manteniéndolo en el mismo lugar, su respiración era irregular mientras se fundían en el gesto amoroso.

Cuando se separaron, ambos se miraron a los ojos por largos instantes, transmitiendo todo aquello que era imposible poner en palabras. Deseando con locura volver a encontrarse, aun si todavía no se habían separado.

Jiyong le miró, con tanta dedicación, deseando grabar en su memoria aquel bello rostro para siempre, aferrándose al recuerdo, con la esperanza de que fuera suficiente para su angustiado corazón. Estaba orgulloso de la increíble persona que Seunghyun era, orgulloso de lo que había conseguido con su propio esfuerzo y talento, orgulloso de poder ser llamado su esposo.

Ese era su astronauta, su esposo, el amor de su vida y de las próximas, Choi Seunghyun.

***

¡Fin del Kisspril! Estoy tan feliz con el resultado, quise hacer esta última parte desde la perspectiva de KJY por puro afán de mi corazón jaja. Muchas gracias a todas las que estuvieron todos los días, agradezco mucho su apoyo.

Nos leemos pronto, esta semana vendré a actualizar "El Torneo". 

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