ꜱᴀʙᴏ

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Desde que había alcanzado la mayoría de edad sus padres lo introdujeron en su mundo de 'los adultos' por completo, toda la preparación que había recibido de niño, y en general toda su vida se vería reflejada. Se vio obligado a estudiar lo que ellos querían, a comportarse como ellos quieren, y a vivir la vida como ellos lo hacían. Cosa que odiaba, pero no se veía capaz de enfrentarlos, más de una vez intentó escaparse de casa, cosa en la que fracasa sin éxito alguno.

Todas las veces que lo hacía, sus padres lo encontraban una y otra vez, y cada que eso pasaba las reglas se ponían más y más estrictas. Ahora tenía que avisar cada vez que hacía la más mínima cosa, a pesar de tener más de 19 años, no sentía que su vida era suya, simplemente era un cúmulo de exigencias sin sentido, una vida opresiva en la que no podía ser el mismo, en la que tenía prohibido explorar lo que realmente deseaba, de pensar en un futuro que solo él decidiera, en vivir una vida en la que él fuera su único dueño.

Estaba harto de la maldad y corrupción de su familia, pisoteaban a los débiles y los hundían en la miseria más de lo que ya estaban, todo el poder y prestigio que tenía su apellido se construyó a base de las desgracias ajenas, odiaba su puesto como abogado, aún más cuando lo que tenía que hacer era defender empresas que mataban gente por su negligencia, ¿el hospital no proporcionaba medicamentos? ¿Algunas docenas de personas murieron por eso? Ellos se encargaran de defenderlos con uñas y dientes, aun y cuando era evidente que estaba mal.

Así que intentaba romper ese esquema, quería tomar decisiones, defender a quienes quería, a las verdaderas víctimas, o tal vez encontrar otra vocación, no lo sabía, y probablemente nunca lo haría, por el simple hecho de pensar en un futuro que no estaba controlado le era imposible.

Se valía siempre de pequeñas decisiones que consideraba 'una rebeldía total' como tomar un camino distinto al indicado, llegar un poco tarde cuando le llamaban, hablar con desconocidos, sonreírle a un vagabundo, entre otras cosas.

Por lo tanto, cuando le llamó su padre, optó por llegar 5 minutos tarde, '¿Qué piensas de eso maldito viejo?'

Entró en la oficina con un aire triunfante, aunque se vio opacado por un estornudo a causa del humo de cigarrillo que desprendía la oficina. Estaban su padre, junto con su hermano menor y madre.

—Finalmente llegas, ¿acaso no tienes modales? Ser impuntual es un defecto fatídico. —Le reprendió Didit, su madre.

—Estaba ocupado. De todas formas, ¿puedo saber la razón por la que estoy aquí?

Su hermano menor lo miro con superioridad, su relación con él era mala, por el simple hecho de que a él si le gustaba su vida, a comparación suya, que la detestaba.

—Te casarás con Sarie Nantokanette dentro de medio año, ya está decidido. —Dijo Outlook, su padre.

Pareciera que su mundo se había derrumbado por completo, la poca libertad que tenía había sido arrebatada.

—¡Pero...padre! Yo no quiero casarme —Grito en desesperación, no podía dejar que aquello pasara, sería su fin.

La cara de seriedad que le dio su padre decía todo. No había escapatoria, no había alguna salida o atajo. Recordó entonces que eso era justo lo que él hacía en la sala del juzgado, los acorralaba de tal manera que hacía que la 'salida' que él les brindaba era algo demasiado bueno que no se podía dejar pasar, cuando en realidad era todo lo contrario.

—Ella es la hija de un socio, nuestro reciente acuerdo necesita algo mucho más firme para que sea seguro, así que surgió la idea del matrimonio. —Siguió hablando su padre con tranquilidad.

Sabo empezó a respirar con dificultad, miró a su hermano adoptivo, quien lo veía con burla, y su madre, que tenía una mirada de recelo. Todo aquello lo asfixiaba, el olor a humo llenaba su nariz, apretó los dientes con fuerza. —¡No, Me reúso!

—No puedes reusarte idiota. —Contrataco Sterry.

Sabo miró a todos lados buscando una salida, retrocedió unos pasos y salió corriendo del lugar.

—¡Sabo Outlook Cuarto! ¡Te ordeno que vuelvas en este instante! —Gritó su madre.

—¡Maldito mocoso, si sales de esa puerta olvídate de nosotros, estoy cansado de soportar tus estupideces! —Gritó su padre con enojo.

Sterry sonrió con satisfacción, 'Ya era hora.'

—¡Bien! No quiero volver a saber nada de esta familia de porquería. —Sabo corrió tan rápido como pudo, esquivando los guardias de seguridad, no tuvo tiempo de agarrar nada, solo tenía en mente una cosa, y esa era que no podía permitir aquello, quería ser libre. Y su 'familia' se lo impedía a toda costa. Así que aquella era su salida definitiva. Era todo o nada.  

Se golpeo varias veces en aquella carrera, perdió su preciado sombrero y un zapato que hizo que se tropezara, aunque logro recomponerse para no ser alcanzado por los guardias que estaban acostumbrados y preparados para sus huidas repentinas. 

 —¡Padre! ¿Por qué no dejas que se vaya? ¡Diles a los sirvientes que no lo persigan! Seguro no durara mucho tiempo en la calle, regresara suplicando volver a ser aceptado. —Dijo Sterry con malicia. —No lleva dinero, puedes congelarle su cuenta bancaria para hacerlo más rápido. 

—¡Ese mocoso irrespetuoso! Amor mío, hazle caso a nuestro hijo, así aprenderá una lección. —Apoyo Didit. 

El hombre pareció pensarlo un poco. —Bien. Aunque si no vuelve un mes antes de la boda, yo mismo lo buscare. —Declaro, ganándose las sonrisas de sus acompañantes. 




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Sabo no tiene apellido, así que toco usar la imaginación, ¡los aristócratas suelen pasarse el nombre! Así que no hubo la gran cosa con respecto al ''apellido''

Puede que este ambientado en el mundo moderno, pero es algo que sigue pasando así que...

How To Kill Your Father? || One Piece StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora