Reino de los Sangre Mágica, Sur del mundo, reja Ujo.
Los primeros vestigios de la reja que vio Ahmok, lo deslumbraron hasta el punto de quedarse congelado en ese sitio alrededor de varios minutos. Sus labios se abrieron de la impresión y K'itam tuvo que detenerse para mirarlo con curiosidad. El Vigilante arqueó las cejas, plasmó una mueca y contempló Ujo de soslayo. Parecía normal para él.
Aunque comenzaba a sospechar que Lithem no era similar a las tribus, quizá ima —la ciudad principal— podría tener semejanzas en cuanto a la construcción de las viviendas con el hogar del moreno, pero no las rejas.
Frente al humano, las casas de piedra y caminos pavimentados que tanto conocía en su mundo se habían esfumado. El suelo por el que los Sangre Mágica transitaban era roca sólida cubierta de los sollozos del Dios Naia, donde reposaban carpas de tela cubiertas de pieles de animales o cabañas de madera cruda, siendo las primeras en tener mayor cantidad.
Además, los encargados de comerciar los alimentos que el Vigilante le mencionó a su invitado, al igual que las vestimentas u otros objetos, estaban encima de lienzos de algodón, evitando que estos tuviesen contacto con la frialdad de la nieve. Detrás de los puestos, los hombres o mujeres que recibían con enormes sonrisas a los que les entregaban itas —monedas— se hallaban sentados en cojines de hojas.
Todavía inmerso en su sorpresa, Ahmok empezó a otear las vestimentas de la gente de la reja, demasiado curioso ante lo contrario a lo que conocía. Las pieles pálidas eran envueltas con túnicas de colores azules o plateados, decorados con runas, hojas y copos de nieve. Asimismo, portaban guantes y bufandas.
Los presentes se deslizaban a través de un camino excavado, en el que colocaron figuras de animales tallados en hielo o madera, formando un sendero con el fin de guiar a los Sangre Mágica hasta la enorme fogata que se alzaba al centro de Ujo.
A su alrededor, la gente bailaba y tocaba los instrumentos para recrear la sinfonía que hacía reír con tanta libertad a los Hijos del Hielo. Ahmok debía admitir que era bello ver algo así. Con una sutil sonrisa, regresó la contemplación al Vigilante, quien estaba atento a cada gesto por parte suya.
En contraste, al momento que notó su mirada en él, K'itam la desvió al frente.
—¿Qué te parece? —cuestionó el albino, todavía tomado de la mano de Kahu y observando de reojo al moreno—. Debe ser muy distinto a Ica, pero acá, así es una reja. Ven, te llevaré a los puestos de comida y compraré algo para ti.
El nieto de Kororia lo contempló con una sonrisa ladeada.
—Creo que es interesante —musitó despacio, llevando los dedos de su diestra al mentón—. Quisiera probar crujientes hojas de bosque.
K'itam asintió como respuesta y le hizo una seña con la mano para que guiara al otro amante. Sin borrar la diversión en el rostro, Ahmok lo obedeció al instante. Así ambos salieron del bosque, permitiendo que los Sangre Mágica vieran sus siluetas inmaculadas.
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Corazón congelado | ONC 2024 |
RomanceEn el Reino de los Sangre Mágica, donde la nieve alberga dos corazones congelados, Ahmok descubre una maldición, una que ha condenado a dos amantes. Para liberar a esa pareja y poder estar con el hombre de quién se enamoró, emprende la misión de reu...