El primer año de Hogwarts para Abril estaba finalizando, pero los exámenes finales aumentaban y aumentaban.
Estas semanas habían sido estresantes para todos los estudiantes, incluyendo obviamente a Abril.
...
Me encontraba caminando hacia la biblioteca, tenía dentro de 3 días exámenes de herbología y DCAO (defensa contra las artes oscuras)
Mi mirada no estaba atenta en nada específico, solo observaba el suelo mientras caminaba rápidamente.
Hoy no había sido un día muy divertido ni alegre que digamos, me habían dado la nota de herbología y había sido penosa, estaba por debajo del promedio, también, el profesor Snape se había enfadado conmigo por realizar erróneamente una poción y me bajo 10 puntos para la casa y últimamente notaba a Aike muy distante, siempre estaba con Leyre.
Iba tan ensimismada en mis propios pensamientos que no noté que alguien me empujó.
Sentí como mi rostro y cuerpo imosctaba por los escalones de la larga escalera de mármol. Mis apuntes se cayeron, al igual que mi dignidad.
Intente levantarme pero sólo pude mover la cabeza, veía borrosamente una cabellera rubia riendo a carcajadas junto con otras dos personas, Malfoy...
Me levante con dificultad, quería enfrentarlos pero mi voz no salía. Sentía que mis ojos se humedecían y que mi piel sangraba a más no poder, sentía un dolor agudo en las rodillas.
- ¿Qué pasa? ¿La nena va a llorar?
Dijo con una voz burlona mientras reía.
- ¿Qué os hice?
Fué lo único que dije, era tan patética...
- Simplemente existir, sangre sucia.
Malfoy alzó su mano derecha, que traía de accesorios su varita, pretendía atacarme.
- No, Draco, no te atrevas. 50 puntos menos para Slytherin.
Esa voz... Se me hacía reconocible, era la del profesor Snape.
Mi cuerpo no reaccionaba, mis piernas se tambaleaban y las lágrimas salian de mis ojos sin permiso. Me sentía terriblemente patética.
Me agache, no sin soltar un pequeño gemido de dolor en un intento de tomar mis libros, pero sentí como alguien lo tomaba más rápido que yo.
- Señorita Montague... ¿Se encuentra bien?
Él me devolvió mis libros y yo los tomé, asentí con la cabeza, aun sintiendo mis mejillas mojadas por las lágrimas.
Sentí como Snape soltó un suspiro, minimizó la distancia para analizarme, mantenía su ceño fruncido.
El pasó su pulgar por mis mejillas, en un intento de limpiar mis lágrimas.
Luego, bajo la mirada y se encontró con mi pierna ensangrentada, el hizo una mueca.
- Te llevaré a la enfermería.
- No es neces-
- No la estoy preguntando, niña tonta.
Él cogió mi muñeca bruscamente y me llevo a una velocidad superior a la que podría andar usualmente con las piernas heridas.
El camino con el profesor Snape fue algo incómodo, era un silencio algo inquietante y seguía sujetando mi muñeca, aunque aflojó el agarre (por suerte)
Ya en la enfermería, la señora Pomfrey me atendió encantada, aunque algo preocupada.
Atendió mi rodilla y le puso un hechizo curativo para detener la hemorragia. Snape me observaba con algo de seriedad y a la vez con preocupación, era una mezcla algo rara.
¿Estaría preocupado de mi?
Es probable.
- Ya está, querida. Curada.
- Gracias, señora Pomfrey.
- Llevate este antídoto por si vuelve la hemorragia.
La sonreí levemente, en modo de agradecimiento y luego dediqué una mirada a Snape, el tenía los brazos cruzados y su respiración parecía algo alterada.
- Acompañeme, señorita Montague, la llevaré a su Sala Común.
Yo me levanté, siguiendo las acciones que me indicó, no sin antes dedicarle una última sonrisa a la señora Pomfrey y coger el antídoto que me ofreció, que amable.
Entre Snape y yo había un gran silencio, decidí romper el hielo.
- Profesor Snape, perdóneme.
Él disminuyó su paso y me miró confundido.
- Por lo de esta mañana, no quise fallar la poción.
Él hizo un ademán con la mano, restándole importancia.
- No importa, señorita.
Ambos volvimos a nuestro drástico silencio, aunque no era del todo incómodo.
- Señorita Montague... No haga caso a Malfoy, si su enemistad les vuelve a causar un problema así llámeme de inmediato.
Devíe la mirada y asentí, enterrando mis manos sobre mis bolsillos.
- No quiero ver ni una lágrima más caer sobre su rostro por culpa de el, ¿queda claro?
Mi sonrojo se encendio ligeramente y asentí mientras le miraba con timidez.
- Esta bien, profesor Snape.
Y esa fué nuestra conversación, cada día sentía más apego por el profesor de pociones, simplemente la manera en que me protegió fue tan sincera...
...
- La veré mañana, señorita Montague.
- Lo mismo digo, profesor Snape. Tenga una linda noche.
Me adentré a mi Sala común y no había casi nadie, solo un par de alumnos de cuarto podría jurar estudiando.
Los ignoré y fui directa a mi dormitorio, cuando dejé mis libros y cuadernos sobre mi mesilla de noche me encontré una nota, la tomé al instante.
Abril Montague.
Vengo a darte una advertencia. Tienes totalmente prohibido a acercarte a Aike, como oses acercarte a el las pagarás conmigo, creeme, no te tengo ningún miedo, querida.
PD: Anónimo.
- ¿Qué mierda?
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¿𝘼𝙡𝙪𝙢𝙣𝙖 𝙤 𝙖𝙡𝙜𝙤 𝙢𝙖́𝙨?
Romance𝘈𝘣𝘳𝘪𝘭, 𝘶𝘯 𝘯𝘰𝘮𝘣𝘳𝘦 𝘪𝘯𝘶𝘴𝘶𝘢𝘭 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘦𝘹𝘤𝘪𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦. 𝘜𝘯𝘢 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢 𝘤𝘰𝘯 12 𝘢𝘯̃𝘰𝘴 𝘳𝘦𝘤𝘪é𝘯 𝘤𝘶𝘮𝘱𝘭𝘪𝘥𝘰𝘴 𝘪𝘣𝘢 𝘢 𝘤𝘰𝘮𝘦𝘯𝘻𝘢𝘳 𝘴𝘶 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳 𝘢𝘯̃𝘰 𝘦𝘯 𝘦𝘭 𝘨𝘳𝘢𝘯 𝘤𝘢𝘴𝘵𝘪𝘭𝘭𝘰, 𝘏𝘰𝘨𝘸𝘢𝘳𝘵𝘴...