CAPÍTULO ³

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Tal y como pidió el señor Lee, hablé con los chicos del gimnasio y aclaré el gran rumor que se había creado.

-¿Entrenador? miro al señor Chagbin con duda al ver que tanto él como Hyunjin cubren sus narices.

-Apestas a Minho, ese niño debe de tener su rut cerca. Iré a decirle que se vaya a casa. - se va, dejándome a solas en la oficina con Hyunjin

-¿Estás bien? Eres un beta, pero sus feromonas puedes ser algo abrumadoras.

Lo sé, siento mis piernas temblar por el sólo hecho de estar en la misma habitación que el señor Lee. Debe ser por causa de mi propio celo.

-Estoy bien, gracias por la preocupación.

La puerta se abre de golpe y un Alfa lleno de sudor aparece.

-Vamonos.- su mirada se dirige al otro entrenador y murmura unas cuantas palabras.

-Adiós, señor. me inclino un poco y sigo a Jaekyung hacia la salida.

El ambiente entre ambos está algo tenso. El Alfa que tengo en frente no deja de hacer preguntas y comienzo a sospechar que ya sabe todo, sólo está jugando conmigo. Sin embargo, esa idea desaparece después de pensar en el desprecio que siente hacia los de mi género.

-Despierta, doc. su mano se mueve delante de mi cara y volteo a verlo. -Ya llegamos.- se baja del coche y lo sigo.

Su caminata es tranquila y está relajado, no parece molesto por el hecho de que el entrenador lo mandara a casa.

-Subiré a mi habitación un rato, señor. Si necesita algo, por favor avíseme.

-Sí, sí. mueve su mano y se dirige a la cocina.

Lo quedo viendo por un largo rato. Algo se siente extraño. Desde que despertó luce tranquilo y nada ha conseguido perturbar esa serenidad. ¿Es por su rut? Pero en ninguno de los anteriores actuó así.

Ignoro todo eso y me acuesto en la cama. El cansancio está presente desde la mañana y sólo he querido recostarme en algún sitio cómodo.

 El cansancio está presente desde la mañana y sólo he querido recostarme en algún sitio cómodo

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Me despierto abruptamente, no tenía intención de dormir tanto. La hora en mi celular me hace recordar la cena y salto de la cama para bajar deprisa.

-¿Señor? me asomo en la cocina y no lo encuentro. En su habitación no está y sólo puede estar viendo alguna película en ese gran sofá.

Las luces están apagadas de ese lado y sólo la pantalla del televisor alumbra la silueta sentada.

-No te quedes ahí parado.- sus brazos están cruzados y lleva puesto los anteojos.

-¿Quieres ver una película?- voltea a verme y palmea un lugar a su lado.

¿Es alguna especie de trampa? ¿Por qué está siendo tan amable?

Me siento en el lugar dicho y dejo descansar las manos sobre mi regazo. Mi postura es rígida y más al sentir su brazo sobre mis hombros.

MI SECRETO ΜiηSυηgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora