CAPÍTULO ²¹

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No me gustó, definitivamente no fue un sentimiento agradable verlo así de golpeado y temeroso. Changbin dijo que no debía presionarlo y que mantuviera la distancia hasta que él se sintiera seguro de nuevo.

-Hay dos cámaras de seguridad que registraron el momento.

-De acuerdo, quiero toda la evidencia y cada uno de los nombres de esos bastardos.

Corto la llamada y dejo el celular sobre la mesita a un lado de la cama. Han Jisung está en su habitación ahora, ¿por qué no viene aquí?

'Dile que te gusta, tuviste la oportunidad y la dejaste pasar.'

-No molestes.

'Déjame salir y yo se lo diré.'

Gruño un poco y salgo de mi habitación para ir a la suya. La puerta no está cerrada con seguro, entro y me acerco al montón de mantas en el piso. Arrugo el ceño al notar que hay más de mi ropa.

Jisung está durmiendo de lado mientras abraza la manta con fuerza. En su rostro hay rastros de dolor y el tono rojizo en sus ojos no ha desaparecido.

'Déjame salir, yo puedo ayudarlo.

-Yo también puedo.

'Entonces házlo, deja de tratarlo mal y comienza a verlo como es debido.'

Ignoro sus demás palabras y me agacho para sostener al pequeño hamster en brazos. Se queja un poco y agarra con más fuerza la manta. Libero un poco mis feromonas y eso parece tranquilizarlo un poco.

¿Cómo pudiste dejarlo solo? Lo que pasó fue nuestra culpa, no suya.'

-Cierra la boca.

Llego a mi habitación y lo dejo sobre la cama. Mi lado Alfa insiste en salir y cierro los ojos para mantener el control. No puedo dejar que salga y haga un alboroto, no es el momento adecuado.

'Sólo quiero estar con él, yo puedo ponerlo contento de nuevo.'

-Yo también...

'No digas tonterías, lo único que haces es provocar sus lágrimas. ¿Cuándo viste una sonrisa dirigida a ti?'

Me quedo callado y maldigo internamente. Me acomodo a su lado y observo su rostro por un rato. Los golpes están cubiertos por una gasa, tardarán mucho en irse.

Llevo una mano hasta su cuello y rozo la tibia piel logrando que se mueva un poco. Agarro su mentón con cuidado y elevo su rostro para dejar un suave beso en sus labios.

-Yo también puedo.- susurro, dejo otro beso sobre la punta de su nariz y lo atraigo hacia mi pecho. Vuelve a quejarse entre sueño y aflojo un poco mi abrazo.

Todo lo que comí en el desayuno termina de nuevo en el inodoro

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Todo lo que comí en el desayuno termina de nuevo en el inodoro. Me recargo contra mi brazo y suspiro cansado. Me duele todo el cuerpo y no tengo energías para nada.

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