CAPÍTULO ¹⁷

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-Está tardando mucho.- susurro, la tarta ya se acabó y mi hambre se calmó un poco.

Observo entre la multitud y no logro ver al Alfa por ningún lado. ¿Se habrá ido? ¿Me dejó aquí solo? Sacudo la cabeza para sacar esos pensamientos y me levanto, llevando la cajita conmigo.

Las tiendas son enormes por dentro, más aquellas que están destinadas a algún género específico, como el de Omegas. El lugar se ve cálido y tranquilo, decido entrar para ver aquellas mantas.

-Increíble.- toco la tela y jadeo al sentir la suavidad. Mi manta es buena, pero ésta es perfecta. Su color azul resalta de las demás y hasta tiene dibujadas algunas estrellas.

-Oye.- la voz susurrante en mi oído me hace saltar y tirar la cajita al suelo, volteo a ver a la persona con espanto hasta descubrir que es Minho. Su rostro está a centímetros del mío y tiene una ceja levantada con diversión.

-Me asustó.- digo, luego bajo la cabeza e inclino mi cuerpo para agarrar la cajita.

-Dijiste que ibas a esperar en esa zona de descanso, ¿qué haces aquí?

Me enderezo y lo veo mejor, lleva unas cuantas bolsas de ropa y su mascarilla cuelga de una oreja. Al notar eso, se la acomodo como es debido y miro hacia todas las direcciones.

-Alguien puede reconocerlo.- suspiro, agarro parte de su suéter y lo aprieto para poder sacarlo de la tienda.

-¿Por qué te importan tanto las mantas? Esa tienda es reconocida en todo el mundo, sus precios no son para cualquiera.

-Lo sé, sólo son mantas.- No puedo decirle que estoy armando mi nido, todavía no.

-¿Ya terminó?- levanto la mirada para verlo, rogando para que diga que sí. Me siento un poco somnoliento.

-Sí, vamos. comienza a caminar y me quedo unos segundos mirando la vidriera, vendré por ella aunque sea lo último que haga.

 comienza a caminar y me quedo unos segundos mirando la vidriera, vendré por ella aunque sea lo último que haga

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-Han Jisung, despierta. - Minho mueve mi brazo y abro los ojos un poquito. Estamos en el estacionamiento del departamento.

Me bajo y mis piernas fallan un poco, pero logro mantenerme firme. Minho me mira un momento y luego saca varias bolsas con el logo del supermercado.

-¿Cuándo...?

-Te dormiste durante todo el viaje. Ahora ayúdame. - me extiende las bolsas de ropa y las agarro con prisa.

Caminamos hacia el elevador y él ingresa primero. En ninguno momento sentí que frenara el coche. ¿Por qué no me despertó?

-Aún tienes la tarjeta que te di, ¿por qué no la usas? Podrías haber comprado la tarta y la manta.

Lo miro fijamente y al ver que no me devuelve la mirada, suspiro.

-No puedo...

-Dime la verdad.

MI SECRETO ΜiηSυηgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora