POV OMNISCIENTE
KAI: ¿Y? ¿Has encontrado algo sobre esas chicas, Woojin? — sentado en su escritorio apoyó su propio peso en él usando sus puños de soporte para su cabeza, mirando fijamente a su empleado de mayor confianza. —
Era una chico alto de aspecto dulce y lentes enormes, que siempre llevaba traje a donde quiera que iba. Nadie nunca pensaría que Woojin podría llegar a ser tan despreciable como Kai, obviamente se equivocaban.
WOOJIN: No, señor, parecen estar limpias. Todos sus reportes están al día al igual que sus informes monetarios, parece que no ocultan nada, señor. — le mostró una libreta con una serie de papeles que contenían los nombres de las personas que estaban sacando de quicio a Kai. —
Estaban en la oficina privada de Kai, cortesía de Sunhee por ser su querido nuero.
Ni siquiera sus hijas tenían una.
Extraño, pero las cosas en esa mansión eran como las dictaba Sunhee, o de lo contrario directamente no eran.
KAI: ¡Imposible! — golpeó tan fuerte la mesa con su puño que Woojin sobresaltó de su silla. — Woojin, esas chicas tienen algo raro, y no voy a descansar hasta descubrirlo. — su enojo no podría ser mayor. Su empleado tenía razón, las chicas no mostraban nada raro, en todo sistema estaban a la perfección, casi, casi eran las mejores ciudadanas. Pero, ¿Cómo? Nadie era tan perfecto. —
WOOJIN: ¿No cree que está exagerando, señor? — se acomodó sus lentes y le señaló un papel a su jefe. — Estás chicas no llegan ni a 28 años de edad, ni mucho menos tienen algún poder de alguna empresa. Son simples obreras, señor, no representan una amenaza para la familia Kim. — aseguró intentado calmar a Kai, pero este lo miró con fuego en sus ojos. —
KAI: Quizá no representan un peligro para las Kim, Woojin, pero si para mí puesto en esta familia. — confesó levantándose de su silla y acercándose a su ventanal para admirar la vista y buscar algo de tranquilidad dentro de su torcida mente. —
WOOJIN: ¿Qué quiere decir, señor? — No podía entender la profundidad de los pensamientos de su jefe, no tenía sentido. Las chicas eran tres insipidas obreras sin ningún poder adquisitivo llamativo, era absurdo lo que decía. —
KAI: Esas chicas, Woojin... Jisoo, Minji y... — se acercó de nuevo al escritorio agarró un papel que era el historial de vida de Lisa "Park", prendió un encendedor y lo quemó poco a poco. — Lisa...— se quedó mirando como la hoja ardía bajo su mano. — Traen algo entre manos. — entrecerró los ojos viendo los papeles de nuevo en el escritorio, tirando el otro dejando que se quemara en el suelo. — Nadie puede ser tan perfecto... Y no lo son. — una sonrisa aterradora se extendió en su rostro al notar algo en uno de los papeles. — ¡Eso es! — tiro todos los papeles al suelo para solo quedar con el que había capturado su atención. Woojin estaba en serio confundido. —
WOOJIN: ¿Qué, señor? ¿Qué encontró? — se colocó junto a Kai y miró el papel, dándose cuenta de la inconsistencia en la partida de nacimiento de Jisoo. — Está borrado el apellido... Cómo si hubiera sido modificado. —
KAI: Así es. — levantó el papel y lo besó. — Esas vagas no son tan inteligentes como creen. Pronto las voy a aplastar como las plagas que son, Woojin, y las voy a sacar de mi camino. — rió fuertemente orgulloso de sus astucia. —
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Dulce Venganza [Chaesoo, Jenlisa Y Bbangsaz]
Fiksi PenggemarPor un lado estaban tres intrépidas hermanas en busca de venganza y justicia tras la muerte de su pequeña hermana menor, quién fué engañada por un hombre casado para llevársela a la cama, o bueno, al menos eso piensan las Manoban. Y por otro lado...