dulces

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Se encontraba en el supermercado comprando los ingredientes para cocinarle a su esposa

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Se encontraba en el supermercado comprando los ingredientes para cocinarle a su esposa.

La alfa había estado trabajando hasta muy tarde debido a todo el papeleo que tenía que hacer en la empresa.

Por lo mismo la omeguita había decidido sorprenderla con una cena, sabía que a la alfa le encantaban sus platillos.

Fue pasando por los distintos pasillos en busca de ingredientes hasta que se topó con el pasillo de los dulces.

Trató de no ver mucho pero su vista quedo fija en una bolsita de gomitas acidas.

Se le hacía agua la boca con tan solo pensar en comerlas.

Pero no debía.

Su esposa siempre le había permitido comprar todo lo que ella quisiera, pero no quería sentir que se estaba aprovechando.

Trato de seguir avanzando pero sus pies no se movían, seguía mirando la bolsita, indecisa.

A lo lejor se encontraba una Danielle con una sonrisa de oreja a oreja mientras observaba a su linda omeguita debatir mentalmente.

Veía como su naricita se arrugaba y entrecerraba sus ojos, mirando otra cosa y luego volviendo a ver las gomitas.

Avanzó a paso lento hasta que abrazo a la omega por detrás, que se sobresalto un poquito pero al darse cuenta de quién era se relajó instantáneamente.

—Amor, ¿Qué haces?— abrazándola por la cintura, colocó su cabeza en el hombro de la omega.

—N-nada, ¿Qué haces aquí?— preguntó nerviosa, no quería que su alfa pensara que iba a derrochar su dinero en dulces.

—El chófer me aviso en dónde estabas por si acaso.— aclaró, recibiendo un asentimiento de la omeguita.

—¿Qué estás comprando?

—Los ingredientes para la cena.— estaba triste, su alfa había descubierto su sopresa especial.

Danielle lo notó, ¿Cómo no hacerlo? La omeguita estaba con un puchero en sus lindos labios y frunciendo el ceño.

—No puedo esperar a que me preparares otro de tus deliciosos platos, cariño, los extraño demasiado.— halagó, sonriendo al ver como Haerin comenzaba a ponerse rojita.

—¿Tienes que buscar algún ingrediente más? — preguntó con una idea en mente.

—No.— se notaba la desilusión en su tono al no haber podido comprar las gomitas.

—Está bien, vamos a pagar.— tomó la mano de su omega y se dirigieron al cajero.

Sin que la omeguita se diera cuenta, la alfa había agarrado unos 3 paquetes grandes de gomitas acidas.

Cuando llegaron al cajero, aprovechó que Haerin estaba mirando otra cosa y pasó las gomitas, guardandolas rápidamente.

—Qué tengan un lindo día.— sonrió la cajera, esa pareja le causaba ternura cada vez que venía, puesto que la alfa compraba muchas cosas para consentir a su omega en secreto.

—Gracias.— se volvieron a tomar de las manos y fueron al auto de la alfa en el que ya estaba su chofer.

(...)

La omega había preparado un exquisito platillo de pasta, mientras la alfa degustaba todo con una gran sonrisa.

Al terminar de comer la alfa lavó los platos, terminando e inmediatamente yendo al sofá donde estaba su pareja.

—Amor.

—¿Dime?

Sacó las gomitas de su saco y los puso delante de la cara de su omega.

Haerin abrió mucho sus ojos mientras una linda sonrisa empezaba a aparecer.

Su alfa se sentó a su lado y apenas lo hizo, la omeguita se le tiró encima llenando su cara con besitos, dejándole un poco de su gloss en la cara.

—¿Te gustan?— ya sabía la respuesta, solo quería ver sonreír más a su omega.

—¡Sí!— chilló emocionada abriendo el paquete y comiendo un poco mientras cerraba sus ojitos.

—Te amo, alfa.— siguió comiendo gomitas.

Danielle tan solo le dio un beso en su mejilla y siguió admirando la linda sonrisa de su omega.

Compraría más dulces de ahora en adelante.

baby! ა daerinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora