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El sonido estridente de la alarma inunda de repente la oscura habitación. Martin se remueve, apretando sus ojos con fuerza y se tapa la cabeza con la almohada.

-Juanjo por dios, párala. -grita este con un tono enfadado.-

Juanjo se gira, y con los ojos cerrados tantea su mesita de noche hasta que por fin encuentra su móvil y apaga la alarma.

-Que simpáticos nos hemos despertado hoy, eh. -comenta Juanjo divertido, Martin saca su cabeza de debajo de la almohada y lo mira, con los ojos entrecerrados incapaz de poder abrirlos aún-
-A quien se le ocurre poner una alarma un sábado?
-No podemos pasarnos todo el día en la cama Pumuki.
-Y eso quien lo dice? -contesta Martin con su cara apoyada contra la almohada-
-Pues yo, además que hemos quedado con estos para desayunar, no te acuerdas?
-Cancélalo. -Juanjo suelta una carcajada y se abraza al menor-
-Venga va, arriba, que te estás acostumbrando a dormir aquí y luego no hay quien te mueva. -Martin lo mira sonriendo inocentemente-
-Yo no tengo la culpa de que pongas una película aburridisima y tu cama sea tan cómoda que me quede dormido. -Juanjo lo mira fingiendo que se ha ofendido-
-Perdona pero la película era buenísima, eres un sin vergüenza, que es muy diferente. -Juanjo se separa de él y se levanta de la cama-
-Oye, vuelve aquí. -Martin hace un puchero y Juanjo lo mira con ternura-
-Mira que eres mono, pero no, si me vuelvo a tumbar no hay quien te saque de la cama. Venga dormilón a levantarse.

Dicho esto, Juanjo sale de la habitación mientras que Martin se queda en la cama, sonriéndole pero resoplando con un fingido fastidio.
Martin y Juanjo se conocían desde que eran pequeños, cuando ambos se mudaron a Madrid por el trabajo de sus padres. Juanjo tenía 20 años y Martin 18. Fue un día, en el patio del colegio, cuando compañeros de Juanjo, que por aquel entonces tenía 12 años, y compañeros de Martin, teniendo 10, se juntaron para jugar juntos que su amistad nació. Ellos conectaron desde el primer momento, y desde entonces no habían podido separarse.

Cuando Juanjo cumplió 17, y Martin 15, los padres de Martin anunciaron que era momento de volver a Bilbao, la ciudad natal del menor. Ambos lo tomaron bastante mal, pues no querían separarse, no querían perder a su mejor amigo. Y es que eso no ocurrió, pues siguieron en contacto prometiéndose que algún día, volverían a Madrid y vivirían juntos. Solo un año después, los padres de Juanjo decidieron volver también a Zaragoza, en este caso la ciudad natal del mayor, pero para aquel entonces Juanjo había empezado la universidad así que decidió alquilar un piso con algunos amigos y quedarse allí, dispuesto a cumplir su promesa con el menor. Este año que Martin por fin había cumplido 18, y empezaría la universidad, habían pasado todo el verano buscando el piso perfecto para ambos hasta que lo encontraron. Ahora vivían juntos e incluso habían pasado sus primeras navidades juntos en aquel pequeño y hogareño piso.
Cuando Martin empezó a barajar la posibilidad de ir a estudiar a Madrid, no pudo estar más contento, pues volvería a ver a su mejor amigo todos los días. Este no podía decir cuándo fue el momento exacto, pero sabía que llevaba enamorado de ese chico desde que podía recordar. Así es, Martin estaba enamorado de su mejor amigo, de Juanjo. Y es que a veces eso era un gran problema, porque días como hoy en los que Martin se dormía, o se hacía dormido, en la cama de Juanjo para al día siguiente amanecer juntos, le llenaban el pecho de una sensación incapaz de explicarlo, aunque por otro lado, lo entristecía, pues sabía que el maño jamás lo miraría de otra manera. Ambos se habían dado algún pico o beso tontorron en alguna fiesta durante sus años de amistad, pero al día siguiente siempre le echaban la culpa al alcohol y fingían que no había pasado nada. Sus amigos siempre incitaban a Martin a que se lanzase, a que se abriese, que le dijese al mayor todo lo que sentía, pues ellos eran sus mayores confidentes y estaban al tanto de los sentimientos del vasco, pero este se negaba a poder perder su amistad con el maño por su confesión. Pues él no podía imaginar que Juanjo sentía exactamente lo mismo por él, pero Juanjo siempre había sido más reservado con sus sentimientos o pensamientos, por lo que nunca había comentado nada a nadie. De hecho, el maño jamás había confesado en voz alta que podía gustarle un chico, de hecho en voz alta Juanjo se había declarado en reiteradas ocasiones con heterosexual. Sus sentimientos hacia el menor era su secreto mejor guardado hasta ahora, y es que a parte del amor, también compartía con Martin ese miedo a perderle. Cuando Juanjo entró de nuevo a su dormitorio, descubrió que el menor se había quedado dormido nuevamente, mirándolo de manera adorable se acercó a él y le dio un suave beso en la mejilla. Este abrió los ojos lentamente con una sonrisa en la cara.

-Por favor, despiértame así todos los días, odio esa alarma infernal que tienes. -Juanjo soltó una fuerte carcajada y negó sonriendo-
-No puedo con tus ocurrencias, de verdad, va levántate ya, que estos nos están esperando ya.

Esta vez Martin asintió y se levantó perezosamente, haciéndole caso al mayor. Se vistió rápidamente y cuando estuvo listo, junto a su amigo se dirigieron hacia la cafetería donde sus amigos les esperaban entre bromas y risas, como era de costumbre entre ellos.

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Hola!! Aquí estamos otra vez 🥰

Este cap es un poco rollo porque es más que nada introducción, tengo pensado añadir más subtramas que en el otro fanfic por lo que calculo que será más largo que el otro 🫶🏻

Si puedo luego os subo otro 🥰

También por si alguien no lo sabía, voy a empezar un au en tw, pero será ya la semana que viene, aunque si alguien quiere leerlo, está fijado en mi tw junto a los fanfics @joterabohemia

Y nada más! Como siempre que perdón si hay algo mal, espero que os guste y espero vuestras opiniones 🥹

what i'd be without you - juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora