CAPÍTULO ⁶

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-¿A dónde vas?

Salto asustado y volteo a ver al Alfa. Está sudado y lleva una botella de agua en la mano.

-Tus días libres acabaron, Han Jisung. se me acerca y parece que mientras más sudado esté más feromonas larga.

O soy sólo yo que lo ve de esa manera.

-Lo sé.- aparto la mirada al percatarme que lo quedé viendo.

-Iré al médico y luego al gimnasio, estaré allí a tiempo. agarro mi bolso y me dirijo hacia la entrada.

-Voy contigo.

-¡No puede! volteo a verlo casi con espanto. Él levanta una ceja mientras deja la botellita y cruza sus brazos.

-Digo, no puede acompañarme porque no es necesario. Sólo quiero preguntar un par de cosas sobre los supresores.

Me voy antes de que pueda decir algo más. Acabo de ducharme y fue complicado quitarme su aroma, si me quedo sólo un momento a su lado volverá a llenarme con ellas.

Suspiro profundamente y miro la hora en mi celular, estaré a tiempo.

Al entrar al gimnasio, lo primero que veo es a todos amontonados en un rincón

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Al entrar al gimnasio, lo primero que veo es a todos amontonados en un rincón. Hasta el nuevo entrenador está allí.

-¿Qué están haciendo?- me acerco y muevo a algunos para ver que es lo que están mirando.

-¿Han Jisung?

El ahora Omega está sentado y mira a todos con grandes ojos llorosos. ¿Qué diablos? El gimnasio apesta a él y parece que a nadie le importa.

-No fue nada. limpia las lágrimas y aparta la mirada.

Volteo a ver a los demás y ellos bajan la cabeza, incluído los dos entrenadores y mi representante.

-Están aburridos aquí, ¿verdad? Necesito entrenar, así que me van a ayudar.

-¡¿Qué?!

-¡Sí!

Ignoro sus reclamos y tomo al pequeño hamster mentiroso. Lo meto a la habitación y lo observo fijamente, buscando alguna pista de sus futuras mentiras.

-Realmente no pasó nada, sólo me dijeron que no les importaba mi género y me emocioné.

Está diciendo la verdad, pero hay algo más.

-Que llorón eres. ¿Tomaste el supresor? doy un paso más cerca suyo al notar que busca alejarse. ¿Me está evitando?

-Sí, señor, lo hice antes de venir aquí. choca contra la camilla y queda sentado. Apoyo las manos a cada lado de su cuerpo y acerco mi rostro al suyo, que comienza a ponerse rojo.

Mis feromonas salen y él parece darse cuenta, ya que abre grande sus ojos y se escapa por debajo de mi brazo.

Sale de la habitación huyendo.

MI SECRETO ΜiηSυηgDonde viven las historias. Descúbrelo ahora