¿Están bien?

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-¡Sostente!-Anya volaba lo más fuerte que podía trataba de ayudar a su amiga Lily, estaba por ser absorbida un extraño agujero.

-¡Creo que eso de abajo también es la escuela!-se sorprendió Nursery quien estaba sobre los casilleros para no caer.

Efectivamente como dijo la hija del pájaro azul, lo que veían si era la escuela, pero una diferente. Ya que las estructuras, aunque eran similares desencajaban. Estaba orientada en una posición distinta. No podía ser el mismo edificio, por más similares que fueran, ya que los agujeros de bordes brillantes que aparecían y desaparecían aleatoriamente, hacía que el ambiente luciera como las piezas de distintos rompecabezas revueltas en un solo espacio.

La Reina Malvada, con ayuda de la chispa de la vida de Cedar, estaba fusionando todos los espejo-versos para así eliminar todos los cuentos de hadas de raíz en todas las realidades. De ese modo, crearía un mundo perfecto. Tal cual como ella lo deseaba.

Meeshell y Millaray corrían por los pasillos del sector -B. Su objetivo era llegar a la entrada principal de la escuela.

-Ya casi no tengo batería-se preocupó Milla al momento que su celular desactivó la linterna.

-Seguiremos a ciegas entonces, ya casi llegamos al piso principal, ahí debe estar más iluminado -animó la hija de la sirenita.

Subieron las escaleras de emergencia hasta el sector A y con mucho cuidado abrieron la puerta. No se veían marionetas a la vista, pero un fuerte temblor las hizo caer al piso. Luego de esto comenzaron a aparecer varios agujeros en todas partes.

-¿¿Qué-Qué es eso?? -se asustó Millaray.

-No lo sé, pero las marionetas van a hacia allá, vamos a la salida ahora.

Meeshell tomó del brazo a Milla y la llevó corriendo en dirección a las grandes puertas de la escuela. La hija de la pincoya avanzaba, pero sin dejar de mirar los agujeros que se habían formado. Hasta que pudo divisar algo.

-Aguarda, hay gente que está cayendo de eso.

-Milla, vamonos.-la volvió a jalar del brazo, aunque esta vez no se dejó mover.

-Necesitan ayuda.-ella corrió hasta los bebederos de agua, usaría el agua para apartar las marionetas de los agujeros.

Meeshell captó lo que quería hacer, al ver a la pequeña ninfa intentar arrancar los bidones de agua de los dispensadores, juntas derramaron el agua al suelo.

Millaray soltó sus piedras de Daral para que sus poderes no se limitaran, agarró el agua y la levantó con todas sus fuerzas.

Algunas marionetas comenzaron a avanzar para ir por ellas, pues se percataron de lo que estaban haciendo.

Las manos de Milla temblaban junto a sus piernas, nunca había cargado tanta agua. Con todas sus fuerzas la soltó y creó una ola que apartó a varias marionetas, el problema fue que accidentalmente salpicó a Meeshell, estaba por convertirse en sirena.

Millaray se asustó, Meeshell trató de encontrar las piedras de Daral que había dejado caer, eso les daría tiempo.

Cuando las encontró, accidentalmente recogió también una termita de las que había lanzado Donato y las responsables a que todos sean marionetas.

-Las marionetas se están levantando.-dijo Millaray mientras ayudaba a Mesheell a levantarse.

-Entremos al almacén de los conserjes.

Ambas corrieron hasta la puerta, Meeshell se desplomó al suelo, su cola de sirena ya había aparecido. Ella se estaba sacudiendo en el piso como un pez fuera del agua. No podía controlarlo, era un reflejo involuntario. Su amiga la arrastró y entraron juntas al cuarto de almacenaje.

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⏰ Última actualización: May 03 ⏰

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