Cenizas

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Escombros y llamas entre estos buscando extenderse para devorar lo poco que quedaba a pesar de que la lluvia había comenzado a aparecer y amenazaba con extinguirse, lo miró aparecer con su camisa de gala rota con el tejido blanco apenas de un gris oscuro, tenía algunas heridas considerables en el rostro y en el cuerpo. Layla quiso aproximarse a él para ayudarle, pero él retrocedió, apenas le vio que ella caminaba hacia él.

— Por favor, por favor, Layla quédate lejos...— le suplicó Peace con la cara viendo al suelo y las manos alzadas.

— Warren... por favor Warren, necesitas atención médica, estás herido— dijo Layla con la voz llorosa.

— Tienes que irte ahora antes de que él llegue— le dijo Warren mientras alzaba la mirada clavando la mirada en ella.

Layla sabía al haberse adelantado por suerte de las circunstancias había ganado unos minutos, pero solo eso, se supone que iba a advertirle que iban tras él, pero ¿realmente podría hacer eso?, lo amaba, realmente lo amaba, pero con lo que había hecho no sabía si ese sentimiento sería suficiente para hacer lo que sea por él.

— Tienes que explicarles qué pasó, tienes que decirles que no hiciste nada, ¡por favor!— exclamó desesperada corriendo hacia él.

Warren la detuvo sosteniéndola de los hombros antes de que pudiera abrazarlo, Layla lo miró de frente, se le miraba completamente fuera de sí, apenas podía sostenerle la mirada unos segundos, miró la culpa reverberando de esta y entonces comenzó a llorar.

— Por favor... por favor dime que no...

Warren tensó su mandíbula intentando hacerse el fuerte, pero ya estaba lo suficientemente roto aquella noche para que el llanto de la mujer frente a él no terminara de quebrarlo.

— Yo lo lamento, lo lamento mucho...

— Warren, íbamos a huir juntos, dejar todo esto atrás, para poder tú y yo... Warren ¿por qué?...

Peace sintió que estaba por caerse a pedazos, de pronto todas las heridas en su cuerpo le afectaba al mismo tiempo, todo por el intenso dolor en su pecho que sentía al pensar que tendría que dejar a ella atrás. Que todo aquello que habían pensado, que aquello que habían soñado para los dos no existiría jamás, por qué él lo había arruinado todo.

La sujetó de sus mejillas, aquellas tersas mejillas de melocotón siempre tersas y con un ligero rubor natural que ahora mismo se dividían con el rimel que había descendido desde sus ojos. Buscó secar sus lágrimas lo mejor que pudo y pensó en robarle un beso, un último que le permitiera seguir adelante a partir de este camino sinuoso y terrible que le preparaba el futuro, un último gesto que le permitiera en las noches imaginar un mundo distinto aquella oscuridad que le perseguiría a partir de ahora. Ocurrió por un breve instante, húmedo, salado y tibio, entonces un fuerte vendaval les obligó a separarse.

— ¡Peace!— rugió una voz desde los cielos.

Un instante más tarde, con la fuerza de impacto de una bomba descendió Will Stronghold completamente rabioso, había formado un cráter alrededor de Warren por la fuerza que lo había impactado. Sus ojos estaban inyectados en sangre y mostraba sus dientes de manera amenazante, Peace sintió como un par de sus costillas se rompieron al instante y una bocada de sangre salió por su boca.

— ¡No!— exclamó Layla intentando levantarse e ir tras él.

— Sáquenla de aquí, pónganla a salvo— ordenó Stronghold mientras sujetaba a Peace del cuello.

Un par de héroes se acercó a Layla y la tomó de los brazos.

— ¡Éramos amigos! ¡Era tu amigo y me traicionaste!— exclamó Stronghold comenzando a apretar su cuello.

UnlawlyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora