¡No soy una chica!

Capítulo 7

- ¡James!

Sam se me avalanzó, mientras yo todavía intentaba procesar todo lo que había pasado. Notaba como sus brazos cogían lo más fuerte que podían mi cuerpo. Cuando me dio un beso en el cuello, la cogí de la cintura, y obligué a que me soltara. 

- ¿Qué tal, estás contento de que esté aquí?

No.

- Sí, sí, mucho, pero ¿como es que has venido?

- Bueno, es que me aburría mucho en Manchester. 

Sam siempre estaba cambiandose de casa, por que su padre era el jefe de una gran empresa, y tenía tanto dinero como quisiera. Por eso ella era tan caprichosa.

- Ah, que pasa, ¿que te has aburrido de tanto Luis Vuitton y demás marcas?

Por un momento pareció haberle dolido, por la cara que puso, pero en seguida habló, con una sonrisa.

- Qué dices, hombre- Se rió un poco-. Todas las cosas de Vuitton las tengo bien guardadas...

Abrió la maleta de alguna marca cara, y me enseñó todos los tacones y bolsos.

- Te das cuenta de que tienes que ir siempre con el uniforme, ¿no? 

- Sí, pero algún día podremos escaparnos, ¿no?

Me guiñó el ojo, cosa que me dio repulsión. Tanta, que me dio una arcada. Me giré hacia mi madre. Todavía no sé como no la maté. Me acerqué hacia ella. 

- Sigue guardando tus cosas, Sam. Voy a hablar con mamá.

- Bien, James. ¡Qué ganas tengo de vivir contigo!

Saqué a mi madre, y cerré la puerta. 

- ¡Qué has hecho!

- Bueno, es mejor para ti...

- ¡No, no lo es! Dios mío... 

- ¿Pero que te pasa con tu compañera?

- Nada...

- ¡Te gusta!

- No.-Negué rotundamente. Bueno, sí, pero no le iba a decir eso a mi madre. 

- No me engañes, conozco muy bien a mi hijo.

- No lo creo, si no no hubieras hecho esta tontería- Dije, señalando la puerta de mi habitación. Pero al ver su cara dolida, no pude evitar que mi corazón me doliera totalmente-. Perdón, mamá. Es que estoy un poco enfadado. 

Me acerqué más a ella, y la abracé, mientras notaba que era más alto que ella. Sus brazos me rodearon, y por una vez, noté que estaba seguro. Y entonces, al sentir eso, noté que tanta chica a mi alrededor estaba empezando a ser malo para mi forma de pensar.

Cuando la solté, me sonrió, como alguien que te quiere sabe hacerlo.

- Perdona, hijo. Pero yo solo quiero lo mejor para ti...

- No, no, lo siento yo. Bueno, voy a entrar a ver que hace esa... 

- Bien, yo voy a hablar con tu hermana, que no he estado casi con ella.

- Vale, luego hablamos- Le di un beso, y abrí la puerta-. Te quiero, mamá.

- Y yo a ti.

Entré, y me asomé para ver lo que hacía mi prima. Estaba arreglando su cama. Bueno, había pensado que igual estaba cotilleando entre mis calzoncillos escondidos. Tenía que dejar de pensar así.

Me senté en mi cama, y me quité la peluca. Me revolví mi pelo negro, bajo la mirada de Sam. Después me tumbé, con mis brazos debajo de mi cabeza, mirando hacia arriba. Pero poco después noté como ella ponía algo debajo de mis pies. Me puse de pie otra vez. No quería que me tocara. Ella había conseguido que ya no estuviera con Claire, y eso no se lo iba a perdonar.