El sol empezó a darme de lleno en los ojos. Me los rasqué, e intenté abrirlos, poco a poco. Vi todo blanco, y después recordé por qué. Miré mi reloj de la izquierda, y eran sólo las 6 y media. Suspiré, y volviendo a cerrar los ojos con pereza, me giré a la derecha. Olía a melocotón. Primero sonreí, por que es un olor que tengo que admitir que me encanta, pero después me quedé pensando un momento. ¿Melocotón? ¿Por qué? Abrí los ojos, y vi pelo rubio. Era liso, y olía a melocotón. Sonreí y lo acaricé, hasta que me di cuenta de lo que era. ¡¿Claire?! Pensé en levantantarme, para despertarla y preguntarle el por qué, pero estaba sujeta a mi camiseta con su delicada mano, e iba a ser demasiado bruto...
- Joder...
Lo dije muy bajito, para que no me oyera. Volví a recostarme, para hacerme el dormido, y así, ella se despertaría y se iría, y nadie sabría nada. Pero en cuanto miré hacia las cortinas blancas vi el gran bulto de la sábana. Volví a mirar a Claire, para saber si no se había despertado, y se removió un poco. Si esperaba a que se despertara, iba a descubrir que soy un chico... Pero si me levantaba, iba a pensar que soy un pervertido... Espera. ¡Era una chica! No había nada raro en que una chica durmiera con otra... Me levanté corriendo, y la miré una última vez. Pensé en darle un beso en la frente, y poder estar con la misma tranquilidad de minutos antes, cuando me estaba agarrando de la camiseta. Frené ese pensamiento. Si me pillaba, iba a pensar que era lesbiana, o una pervertida, y después, al ver mi erección, que era un obseso... Además, era solo el primer día. Fui al baño corriendo, e hice lo que tenía que hacer. Después de 30 minutos (había aprovechado para hacerlo mientras me duchaba), escuché mi despertador, y pensé en como se despertaría. Me sequé rápidamente, y me puse la peluca y el pijama. Salí de la habitación, y ví como me hacía la cama. Me puse rojo. No tocaría tanto aquella sábana si supiera que había pasado... Me miró, y seria, empezó a hablar.
- Perdona, es que te lo debo. Habrás pensado que soy una pervertida cualquiera, ¿no? Es que,, bueno...
Estaba incómoda, así que negé con la cabeza, con una sonrisa.
- No pasa nada. Tranquila, no lo había pensado.
Asintió, y acabó de hacermela. La verdad es que si que quería saber por qué había dormido en mi cama. Pero no se lo iba a preguntar ahora. Sólo tenía que esperar a que nos hicieramos amigos... Si nos hacíamos. Saqué la maleta, y cogí un calzoncillo limpio, cuando ella no miraba. Después volví a coger mi uniforme, y lo puse encima de el calzoncillo. Se giró, y me miró. Le volví a sonreír, y se giró. Me metí al cuarto de baño, y me cambié. Cuando salí, ella ya estaba cambiada, y con una mini-mochila. Yo no llevaba nada, y ante su mirada, busqué algo parecido.
- No pasa nada si no llevas una mochila. Puedes llevar los libros en la mano.
- Ah, vale. Menos mal.
Me asomé a la ventana, y al ver que tenía pinta de hacer frío, fui al armario, a ver si tenía algún jersey del internado. Había uno negro, así que lo cogí. Supuse que era el mío. Me lo pusé, y vi como Claire seguía ahí. Le miré con cara de extrañado, y se giró, roja.
- Bueno, creía que igual no sabías donde desayunamos... Aunque si lo sabes... Bueno, que te estaba esperando.
Me reí un poco. Cogí las llaves, y fui salimos de la habitación. Bajamos unas escaleras de caracol, mientras veía los millones de cuadros. Llegamos a el mismo comedor gigante, y ví como Claire miraba hacia todos los lados, con su mirada inexpresiva. Fuimos hasta el fondo, y cuando fui a sentarme, vi como todavía me miraba. Me supuse lo peor.
- ¿Dónde te sientas?
-Ehm...- Se acarició la nuca- No.. no tengo un sitio fijo. Me voy moviendo de asiento..
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¡No soy una chica!
Teen FictionJames Fearless, un chico atractivo y mujeriego de 15 años, se ve atrapado en su peor o mejor sueño... ¡Estar en un internado de chicas!