3 de diciembre del 2007
—Señora Reyes, nosotros no le damos mucha esperanza a su hijo... Tiene muy pocas probabilidades de que pueda vivir.—Aquel doctor puso su mano en el hombro de aquella señora que veía entre lágrimas a un bebé tan pequeño he indefenso en una incubadora.
—¡Por favor, haga lo que sea para que no muera mi pequeño!—La señora estaba desesperada y rogaba al doctor que su hijo no se fuera tan fácil de este mundo.—Haga lo necesario... Por favor.
—Señora, según su registro, usted ya ha perdido dos...—No pudo seguir hablando porque la señora lo interrumpo antes de que continuará esa frase.
—¡Ya lo sé, quiero que no vuelva a pasar, menos con mi bebé, por favor!—En medió de su enojó dos brazos la tomaron por atrás y sintió como una cabeza se recargaba en ella.
—Amor, Mati estará bien, ese niño es fuerte.—Y sin pensarlo dos veces, se volteó a abrazar a su esposo. No sabía cómo pero él lograba hacerla sentir mejor.—Por favor doctor, haga lo que esté en sus manos.
—Haremos lo que podamos señores.—Y el doctor dió la media vuelta y se alejo a un paso que parecía estar corriendo.
—Ves mi amor, él estará bien, vamos por Martín.
Su esposa asintió con la cabeza y abrazada del brazo de él caminaron hasta la salida del hospital un poco más relajados.
A él le preocupaba sus hijos y su esposa, no lo daba a notar porque si no ¿Quién les daría apoyo y los escucharía? Tenía que ser fuerte durante estos momentos, su esposa era muy sensible y sus otros hijos eran muy pequeños para lograr entender.
Un mes después
—Su hijo puede respirar por si solo en estos momentos, solo que tiene un inconveniente.—El doctor agachó su mirada y después miro a la madre.—Su sistema inmune es débil, puede que su hijo desarrolle alergias, puede ser propenso a varias infecciones y es muy probable a qué desarrolle asma.
—Entiendo, yo...—Su intento de hablar sin que la vos se le quebrara tan pronto era un esfuerzo demasiado para ella.—Doctor...
No pudo más, se recargo en el hombro de su esposo y comenzó a llorar, era demasiado proceso para ella, para su mente, para su hijo y sobretodo para su corazón. No podía soportarlo, creía que estaba resuelto, que su hijo estaría sano, pero a veces uno no obtiene lo que quiere.
—Señores, mmm, su hijo podrá estar bien, solo será un poco enfermizo, fuera de eso es muy sano, está fuera de peligro por lo mientras.
9 de noviembre del 2022
—Holi, Nati.—Una mujer de pelo negro, de una piel medio morena y con uno lindos ojos miel se acercaba casi corriendo para saludar a su amiga.
—Hola Samantha ¿Cómo has estado?—La señora Natalia estaba por entrar a su casa hasta que su amiga interrumpió su acceso.
—Ay muy bien ¿Y tú?—A Natalia le gustaba esa energía de su amiga y era muy entendible, tenía veintisiete años pero ya tenía un hijo muy lindo.
—Ah, muy bien muchas gracias por preguntar, pero dime ¿Paso algo o necesitas alguna cosita?—Interrogo a su amiga y ella solo sonrió porque Natalia ya la conocía como la palma de su mano.
—Pues mira, acaba de llegar un matrimonio aquí al vecindario porque se ganaron una casa en un concurso, y tenía pensado invitarlos a una reunión para darles la bienvenida y así.—Natalia no tenía mucha idea de a qué punto quería llegar su amiga con todo eso.
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Mi Corazón Llevá Tu Nombre
Ficção AdolescenteUn chico tan dulce, lindo y cariñoso que tiene mucho para dar y el mundo no lo ha dejado hacerlo. Un chico destrozado, lleno de tristeza que necesita un poco de amor y el mundo no se lo dió.