ᴱˡ ᶜʰⁱᶜᵒ ˡᵃⁿᵃ ᵈᵉˡ ʳᵉʸ

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Enzo Vogrincic, que puedo decir de aquel chico que cautivó mi corazón? tanto como las canciones de Lana del Rey. Escucharlas en la soledad de mi habitación mientras veía su instagram era el momento que más esperaba al final del día de rodaje.

Interpretaba a Liliana Methol, el papel por el que fuí hecha (más bien me hice) pues al saber toda la odisea de los Andes. Fue mi meta cumplir al pie de la letra las exigencias de Jota; sin embargo cuando lo vi a el, todo aquello a lo que llamaba perfección se estaba yendo cuando conocí a Enzo. Al final cuando regresábamos de las grabaciones era inevitable no verlo en el transporte que nos llevaba de Sierra Nevada a nuestro hotel, y yo siempre escuchando Lana del Rey.

Claro que hablábamos, sin embargo, el era un chico reservado que siempre parecía estar distraído absorto en sus pensamientos.

Al finalizar la escena del Alud, era la última semana en el que estaría, pues tenía que regresar a mi natal Argentina. Esto me provocó cierta tristeza, nunca pude darle ese "beso" a Enzo, ni menos recibir un abrazo suyo. Sin embargo, todo esos sentimentos que llevaba sintiendo eran escritos por mi en el bloc de notas.

Aquel enamoramiento, solo lo sabían mis mejores amigos durante el rodaje: Esteban Kukúriza y Andy Pruss. Se encontraban en mi habitación, viendo una película, mis resoplidos eran unisonos con mis corazón. Ellos sabían en quien pensaba, y ante esto Esteban se acercó a mi.

—Dale Esther, tenés que confesartele— mencionó.

—Con que conciencia haré eso? Dale y si no me responde o si no me dice nada?—voltee a el— Quiero todo, te lo juro pero, no creo poder.

Andy algo impaciente y desenfrenadamente agarró mi teléfono, dicho ya sabía la contraseña y dónde estaba esa gran nota donde escribía mis sentimientos hacia Enzo. Mientras discutía con Esteban entre peleando y divirtiéndonos, Andy apagó mi teléfono y lo dejo a un lado, cuando me di cuenta agarré mi teléfono.

—¿Que hiciste boludo—dije con una sonrisa.

Al desbloquear el teléfono era el chat de Enzo, con ese mensaje absurdamente largo. Temblando puse mi mano en mi boca deje caer mi teléfono de dicho impactó y lo vi.

—¿Que hiciste pelotudo?—mi cara se iba enrojeciendo.

—Lo que tenía que hacer, llevas semanas resplando por Enzo, si yo no lo hacía vos de seguro ni de pedo, anda, déjame ver la película.

Mi endurecimiento con Andy fue grande y al tratar de avalanzarme contra el, Esteban me sujetó haciendo que cayeramos los dos al suelo, este me abrazo tratando de contenerme sin embargo yo seguía quejándome. Hasta que me cansé el con ayuda de Andy decidió acostarme en la cama.

No estaba haciendo un berrinche por el hecho de que Andy mandara dichos mensajes, si no que lo hacía porque habitualmente un ataque de ansiedad me hacían pensar los peores escenarios y mostrar parte, casi desnudarme sentimentalmente ante Enzo, me dejaba en esa vulnerabilidad que a mis treinta y tres años trate de ocultar.

Ellos me dejaron reposar en mi cama con el clima prendido, y me quedé dormida. Después de unas horas me levanté, viendo al balcón que estaba frente a mi cama. Arrastré mis piernas para sentarme a la orilla de la cama, contemplé ese atardecer que solo Granada podría darme, colores azules como si fuera a llover. Me levanté y fui a mi cajonera, sacando un cigarro y el encendedor. Me puse mi suéter que era la portada del álbum Fine Line de Harry styles, junto con una pijama afelpada blanca con dibujitos negros. Al salir sentí la brisa recorrer mi nariz y mi cabello.

Encendí dicho cigarro y le di un pequeño toque, sacando humo por mi boca. Contemplé dicha ciudad, quedaba tan perfectamente con la canción de "Say Yes To Heaven", respiré el aire fresco antes de volver a darle otro toque a mi cigarro. Toque mi pelo y lo tenía un poco enredado, no me importó y seguí en lo mío hasta que tocaron la puerta. Me asomé dejando el cigarro por afuera.

˙ᵕ˙ | ᴱⁿᶻᵒ ᵛᵒᵍʳⁱⁿᶜⁱᶜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora