Cuando Fairy se sentó a la mesa para la cena, Violeta ya no estaba. No pudo impedir sonreír complacida al ver su silla vacía. Más aún se ensanchó su sonrisa cuando Debbie se apareció en el salón y tomo su asiento.
-Me alegra que te sientas bien como para poder bajar - soltó Isabella a la más joven de los Corbeth.
-La fiebre ha desaparecido... Por fin. Ya me siento mucho mejor.
Fue una cena tranquila, algo incomoda pero Isabella se encargó de llenar los vacíos con charlas y preguntas triviales. James, como siempre, aporto sus chistes y risas frescas y William parecía feliz, a pesar de no hablar mucho. Se paso la cena entera viendo a su mujer con ojos ardientes de deseo.
Cuando la cena terminó, Fairy subió alegando cansancio, aprovecho que arriba no había nadie para pasar a la habitación de Willy, como solía llamar al niño en su cabeza.
La habitación estaba a oscuras. Se acercó sin hacer ruido hasta a la cuna para descubrir que el pequeño no dormía, aunque tampoco lloraba. Solo estaba ahí, mirando todo lo que la poca luz de luna que entraba por la ventana alcanzaba a iluminar.
-Bueno, eres un pequeño muy travieso. Estás ahí despierto sin anunciarte...
Al verla, el pequeño sonrió y emitió un ruidito.
Ella sonrió también. William era un pequeño muy bonito. Tenía los ojos grises, pero ella sabía que no se quedarían de ese color, lo más probable era que cambiarán a un tono más oscuro con el tiempo. Tenía un poco de cabello sumamente fino en la cabeza de color castaño muy claro y unos ojos redondos y grandes.
-Eres una criatura perfecta... - le susurro muy cerca, acariciando su cabeza - es una lastima que llegarás al mundo en estás circunstancias...
El bebé la miraba, como embelesado. De pronto sintió unas inmensas ganas de sostenerlo en brazos, estaba a punto de estirar sus brazos para levantarlo cuando escucho a alguien entrar a la habitación.
-Fairy... - era William - crei que estarías en nuestra habitación.
Ella se puso rígida y dió un paso atrás, lejos de la cuna.
-Escuche al niño llorar - fue lo primero que se le ocurrió - deberías llamar a su nodriza.
Comenzó a caminar a la puerta pero William estaba ahí por lo que espero un momento a qué se apartará. Pero él no lo hizo.
-Violeta... Comento algo está mañana... Cuando le pedí que se marchara.
-¿Ah, si?
-Ella dijo... Que jamás haz cargado en brazos al bebé... Que... Lo odias...
Fairy frunció el ceño.
-Se que no lo amas y... No tendrías por qué... Pero quiero pedirte... Que le des una oportunidad Fairy... Es solo un inocente...
Fairy rio.
-Al único ser que odio en el mundo William, es a ti - como siempre que le soltaba aquellas palabras, William tenso la mandíbula - y a quien deberías de rogar por qué ame a ese niño es a Debbie, quien ni siquiera ha querido verlo desde que lo parió.
William bajo la mirada.
-Es mejor para ella que no...
-¿Que?
-Que no se encariñé... Porque no podrá jamás actuar como su madre ni, ni él sabrá que lo es. Para ese niño tú serás su madre y... -Fairy escucho en la voz de William su dolor - y llegará un momento en que él se de cuenta Fairy, en que él me pregunté, por qué su madre no lo ama...
Fairy sintió que su vientre se inundaba de ácido.
-Entonces tal vez le digas la verdad. De cómo me engañaste y nos metiste a todos en este sinsentido... Cómo nos hiciste miserables a todos.
-No - soltó William, mirándola con los ojos brillantes - él jamás lo sabrá. Jamás, su corazón llevará esa carga. Ese niño, desde el momento en que nació, es nuestro. Te guste o no.
Fairy aliso su falda para tranquilizarse.
-Bien. En ese caso prepárate para responderle por qué su madre no lo ama. Y porque no tiene hermanos. Ve inventando alguna mentira. Eso sabes hacerlo muy bien.
William rio.
-Tal vez si tenga más hermanos. Tal vez incluso uno de ellos se este formando en tu vientre justo ahora, ¿Recuerdas? - soltó él con una mezcla de burla y orgullo en la voz.
Está vez fue Fairy quien rio.
-Si algún día tengo un hijo William, no llevará tu sangre, eso te lo aseguro.
El rostro de William mostro rabia.
-No es algo que puedas cambiar, si mi semilla echa raices ahora mismo...
-No lo hará. De eso me he encargado ya.
-¿A qué te refieres?
Fairy sonrió con malicia.
-¿A qué te refieres? - repitió William casi en un grito. Lo que asustó al pequeño quien lanzo un grito y comenzó a llorar.
Fairy sonrió.
-Tu hijo te llama - soltó con burla, saliendo de la habitación.
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El Secreto Del Duque
RomanceCuando Lady Fairy Ferya conoció al duque William Corbeth se enamoro perdidamente, si, solo con un vistazo. Él era un hombre alto, apuesto y en sus ojos había un fuego intenso que la quemaba. Pensó que sus sentimientos eran recíprocos cuando esa mis...