Félix, un chico australiano, que se mudó a Corea, para ir a la Universidad de sus sueños, mismo que nunca había experimentado el significado de la palabra "amor", hasta que se encontró con Hyunjin, un chico adinerado, mujeriego, alto y guapo, que ha...
Por otra parte, Hyunjin estaba despertando de su buena siesta, pensaba en lo mucho que había disfrutado pasar la noche con Felix, y realmente creía que después de eso, podría ser más unido a éste.
Pero no.
Al buscar a Felix por todos lados de su habitación, no lo pudo encontrar, se había ido.
Y sí, Hyunjin hizo todo lo que hizo sin estar borracho, recordaba todo a la perfección.
Pero solo serían sus recuerdos lo que lo unirían a Felix, porque en realidad éste no quería verlo.
"¿Qué más da? Igual yo me iré pronto."
Pensó, pero en realidad si quería quedarse y hablar con Felix, estar siempre en comunicación con él, volver a conquistarlo, y vivir como siempre quiso.
Sin más, estaba solo él, recostado en su sillón.
Hasta que su teléfono sonó y decidió ver quién era la persona que le había texteado.
Le daba mucha pereza ver, pero pensó "¿Y si es Felix?".
Obviamente no era él, solo su madre.
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Sí, ni siquiera él entendió por completo qué le decía su madre, ¿Quedarse? Por más que quisiera, nunca dejaría a sus padres en una situación como estas.
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Bien, intentó, pero si su madre se lo dice, debe hacerlo.
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