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El Príncipe corrió al timón, con fuerza dió un gran giro, llevando el barco a otra dirección, pero sus hombres empezaron a aventarse del barco.

Cuando ya había cambiado el rumbo corrió hacia los tripulantes, jalándolos fuertemente hacia atrás, incluyendo al Comodoro y al Capitán pero seguían su trance y las sirenas cantaban más fuerte para hacerlos caer del barco.

Jungkook corrió a los cañones y cargó uno, direccionó al centro de las rocas en las que ellas estaban y disparó, asustándolas salieron huyendo de ahí.

Enseguida subió a crujía para ver a su tripulación y todos estaban en el suelo, tocándose la cabeza, quejándose del dolor. Pero el Capitán estaba en el suelo inconsciente así que fue hacia él. —Taehyung.— lo movió.

Enseguida despertó, se quejó un poco y después estalló a reír sentándose.

Jungkook se puso de pie. —no entiendo por qué te ríes.— molesto.

—Sirenas; preciosas y malditas.— Taehyung dijo riéndose más.

Se cruzó de brazos. —eres el capitán, habrías dejado que tu barco naufragara.— mantuvo el tono.

—corrección, este no es mi barco, soy el Capitan pero este no es mi Esmeralda.— poniéndose de pie torpemente. —iré a dormir.— caminó al camarote.

Jungkook miró al Comodoro mareado y fue con él. —¿cómo estás?—

—bien, eso fue extraño.— recuperó la postura.

—hazte cargo de la tripulación.— le dijo y enseguida bajó al camarote con Taehyung.

—te he defendido y tu comportamiento me está comprometiendo, haces que mi palabra quede mal.— Jungkook empezó a reprocharlo.

Kim tenía otra botella en la mano y bebió. Enseguida el Príncipe se la arrebató. —deja de beber, ¡por Dios! No puedo creerlo.—

—oye.— molesto respondió. —lo que no puedo creer es que a ti no te afectaran.— Taehyung mirándolo.

—no entiendo qué tiene de malo.— Jungkook le desvío la vista y fingió leer pergaminos del escritorio.

—nada malo pero es curioso, ¿acaso el Príncipe no tiene deseos?— Taehyung se levantó de la cama donde estaba sentado y caminó al lado de él.

—no, no los tengo.— Jungkook lo miró momentáneamente y se quitó de su lado, yéndose a sentar a la silla.

Kim se rió a carcajadas. —¿acaso no eres hombre?— poniéndose de pie con dificultad pues estaba ebrio.

El Príncipe decidió ignorarlo, mientras acomodaba las cosas en el escritorio.

—Las sirenas son muchísimo más preciosas que las mujeres del reino, ¿cómo no doblegarse ante sus rostros angelicales y esos semejantes pechos?— Taehyung movía sus manos y arrastraba el tono al hablar.

Pero seguía siendo ignorado.

—y por favor Príncipe las mujeres se te deben lanzar, eres de la realeza, la altura soñada, con mentón marcado y esa piel que parece porcelana.— empezó a caminar hacia él.

—detente ya.— Jungkook dijo pues interpretaba el tono de forma burlesca. Hasta que Taehyung sujetó la silla girándola rápidamente hacia él y se agachó un poco para seguir hablando mientras recorría con sus ojos cada parte que le mencionaba; —músculos dignos de presumir, unas piernas definidas sostienen el porte que siempre llevas contigo, tus ojos son profundos.— bajó un poco más el tono.

PIRATAS; El mar de los muertos. [kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora