☆CUATRO☆

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Los años que pasaron distanciaron aún más a Rin y Kagome.
Las peleas era rutinarias, por prendas de ropa, por la televisión, hasta por un lugar en el sofá. El tema de chicos ya casi había sido superado por la azabache mayor, ya que Rin se había puesto de novia oficialmente con quien había sido su enamorado toda la colegiatura, Inuyasha era el clásico deportista y popular chico que hacía babear a cualquiera.
Iba perfectamente con la desinhibida personalidad de Rin, animadora del equipo de basquetbol, también muy llamativa y deseada entre los hombres del instituto.

Por su lado, Kagome solo se centraba en sus estudios. Había heredado la pasión de su madre por el diseño, solo que ella lo hacía con la moda. Era muy hermosa, se confeccionaba su propio guardarropas, en lo que podía pasar horas ,incluso días enteros en sus proyectos; aunque por el contrario de su hermana, le gustaba una vida tranquila y prefería pasar desapercibida.
Cerca de la ceremonia de graduación, la morena se encontraba recluida en su habitación haciendo varios vestidos que le habían encargado compañeras del curso. Ella aún no tenía pareja, pero eso no le quitaba el sueño.

-¿Sigues en eso?- la voz de Rin le hizo levantar su mirada de la máquina de cocer.

-Si..ya me queda muy poco de éste- y le mostró una tela rojiza y bastante brillante

-No está feo pero no lo sé. Yo le pediré a papá que me compre uno de diseñador- le comentó su vanidosa hermana

-Bueno, si eso te hace feliz...-

-¿Con quien irás al baile? Tengo un amigo que está interesado en ti- Rin sonreía de manera cómplice

-Aún no lo sé- admitió.

-Bueno, esta noche mi novio dará una fiesta en su casa. ¿Porqué no vamos y te lo presento?-

La verdad es que Kagome no tenía mucho interés en conocer a alguien, pero dentro de ella sintió algo de interés por compartir con hermana. Rin jamás la había invitado a hacer algo juntas hace mucho tiempo.

-¿Tú padre nos dió permiso?- preguntó ingenuamente.

-No lo sé.  Vamos..dí que si. Le diremos que nos quedaremos en casa de Sango y asunto resuelto-

Esa parte no le gustó para nada pero seguía creyendo que era algo lindo que Rin quisiera participarla.
No muy convencida, terminó por acceder y comenzar a prepararse, eligió uno de sus modelos, el cual era sensual pero no tan vulgar como acostumbraba a vestir su hermana menor. 
Un simple estilo corset con unos jeans, le remarcaban su esbelta figura.

Ambas hermanas salieron rumbo a la casa de Inuyasha, la cual quedaba bastante cerca que la de ellas, tratando de evitar el cuestionario de su padre, Rin le dejó una nota pegada al refrigerador con la mentira previamente preparada

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Ambas hermanas salieron rumbo a la casa de Inuyasha, la cual quedaba bastante cerca que la de ellas, tratando de evitar el cuestionario de su padre, Rin le dejó una nota pegada al refrigerador con la mentira previamente preparada.

Apenas llegaron, la mayor ya se veía incómoda. Rin se comportaba de una manera escandalosa y el show de besos entre ella y su novio parecía una escena de películas eróticas.
Bebió muy poco ya que no le gustaba mucho el alcohol,  pero hacía un esfuerzo para encajar ahí.
Cuando estuvo a punto de marcharse, un joven muy apuesto de ojos azules se le acercó para invitarla a bailar.

Del desprecio al deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora