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Bea y Álvaro venían del cine, el viento y la lluvia resonaba en los cristales del coche, pero ¿qué hacen Bea y Álvaro en Getxo? la respuesta es muy simple, Juanjo, Bea y Álvaro decidieron que era buena idea irse de SICUE al norte escapándose del caos que era Madrid, en busca un sitio donde disfrutar de la playa, el resultado de su búsqueda fue Bilbao

Getxo, les había encandilado, un lugar donde disfrutar de la playa, andar por sus calles y disfrutar de la gastronomía vasca.

La película que acababan de ver la había escogido Álvaro tras ganar contra Bea al piedra, papel o tijera, en cambio, Juanjo había avisado de que no iría al cine, pero desconocían su paradero exacto.

La vuelta a casa fue tranquila, disfrutando de la música que sonaba por la radio, envolviéndoles a estos mejores amigos en una atmósfera donde sólo estaban ellos, hasta qué...

- Álvaro para. - ordenó Bea cuando vio a un chico aparentemente triste bajo la lluvia
- Hey. - dijo Álvaro mientras paraba el coche cerca del chico

- Hola, ¿estás bien? - preguntaba. - Soy Bea y este es Álvaro.

- Eh si, hola. - contestó el vasco. ¿Queréis algo?

- Te hemos visto aquí bajo la lluvia y queríamos asegurarnos si estabas bien. - se disculpó Bea. - ya hemos pasado antes y ya estabas aquí. ¿Te han dado plantón?

Y tan ponto como Martin escuchó "te han dado plantón", una lágrima nubló su vista para posteriormente quitársela rápidamente con la intención de que no se dieran cuenta

- Si, pero vendrá ahora. Estoy bien

- No mientas. - suplicó Álvaro. - Tienes unos ojitos... ¿Quieres hablar con nosotros? A veces desahogarse con un desconocido es más fácil que con un conocido

...

Martin dudó al principio, pero la vida es una y al final acabó aceptando esa propuesta y se subió al coche de aquellos jóvenes que acababa de conocer. Después del plantón, ¿algo podría ir a peor?

Mientras se lo pensaba, Álvaro cogió en su móvil y publicó - pobre chico - recibiendo una respuesta de su amigo, Juanjo, - no se de qué hablas, pero no te vas a ligar a nadie.

No sabía donde le deparará esto o si ha hecho bien en montarse con unos desconocidos o no, pero lo que más necesitaba en estos momentos es compañía, compañía de alguien que no le conociese o le juzgase, alguien que no conociera a Hugo, alguien que no le dijera que era una víctima.

Pasado un breve tiempo Martin se encontraba en el ascensor del piso de Bea y Álvaro, en el coche hicieron una pequeña presentación formal, pero estaba envuelto en sus pensamientos, me habían dicho que con ellos vivía otro chico, Javier creo que se llamaba ¿o no? solo recuerdaba que empezaba por J.

Al entrar al piso, le invadió una mezcla de aromas que no pude identificar, la decoración era moderna y acogedora que reflejaban la personalidad de Bea, Álvaro y... ¿Javier?

Casualmente vivían un par de calles alejadas de la casa de Martin por lo que me sería bien fácil volver a la mía.

- Bienvenido a nuestra casa. - me dijo sonriente Álvaro. Voy al armario de Juanjo a cogerle algo de ropa para que te puedas cambiar, ve yendo al baño. - ordenó muy amablemente

- ¿Juanjo? ¿Quién es él?

- Juanjo es nuestro amigo, el otro que vive con nosotros - me aclaró Bea

- Y, entonces, ¿Javier?

- ¿Javier? No conocemos a ningún Javier - respondía Álvaro dudoso. - Bueno conocemos al hermano de Juanjo, pero ya.

Tras esa breve conversación Martin se metió en el baño para cambiarse y observó lo que le había traído.

- podía ser peor

Mientras tanto Álvaro y Bea hablaban de algo que no conseguía descifrar.

Una vez listo salió y les volvió a agradecer el gesto tan amable que habían tenido con él.

- Podría haber rechazado su oferta y volverme a casa, pero era lo último que le apetecía.

- ¿Te gusta la pasta? - preguntó Bea.

- Si, pero de verdad no hace falta.

- Te quedas a cenar que tenemos que hablar. - dijo Álvaro sonando más autoritario de lo que le gustaría.

- Muchas gracias

- Martin, por favor, no agradezcas nada.

...


(Juanjo)

Una charla muy animada ocupó toda la cena, justo cuando estábamos terminando apareció Juanjo por la puerta de casa y, que, al verme, no entendía nada.
Su expresión fue de sorpresa que iba acompañándola de ¿molestia? no pude entender comprenderla del todo

- Hola, ¿quién es este? - preguntó

- Me llamo Martin. - contesté muy amablemente. - Perdona por llevar ropa tuya puesta, me la ha dejado Álvaro. Espero que no te moleste.

- No tranquilo. - dijo disimulando un poco esta situación incómoda

- ¿Has cenado? - preguntó Bea. Hay pasta en la cocina, nosotros vamos a hablar con Martin

- Gracias por excluirme. - protestó

- Puede escuchar si quiere, no pasa nada.

Vi como Juanjo cogía su móvil y escribía algo que no conseguía ver.

- ¿quién es este y por qué lleva ropa mía puesta? - fue lo que escribió obteniendo la respuesta -ya lo entenderás - por parte de Álvaro.

Escuchaba atentamente todo lo que Martin estaba contando, no podía comprender como una persona a la supuestamente quieres, dejas bajo la lluvia como si no te importara.

Mantenía una cara triste e intentaba contenerse las lágrimas, intento fallido en determinados momentos cuando sus ojos se nublaron y no aguantó más y explotó como si de una bomba se tratase.

Entre llanto y llanto vi como levantó un poco la cabeza para observarme y, entonces, decidí que tenía que levantarme a darle un abrazo y que sintiera paz con él mismo y que nosotros íbamos a estar para él.

Comprendí que a veces estás tan involucrado que cuesta mucho salir

A veces alargamos las relaciones para evitar la soledad

Me levanté y decidí acercarme a él, dándole un sitio y caluroso abrazo, que demostrase que todo estaba bien y que todo iría a mejor. Momento que Álvaro inmortalizó y subió a su Twitter.

La lluvia que me cambió la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora