Cattleya, completamente mal herida y con una gran barriga, cuyo contenido se basaba unicamente en esperma de minotauro, parece no tener mucho tiempo para que estuviera a punto de dar su ultimo suspiro.
Pero de entre la oscuridad, aparece lentamente algo parecido a un humano, quien se acerca hasta unos metros de su ubicación.
Los minotauros se prepararon para despedazar al avezado observador, pero del suelo emergieron enormes golems que los terminaron inmovilizando, impidiendo que ellos avanzara hacia la silueta que vieron acercarse de entre la oscuridad. Los golems fueron atacados ferozmente por las bestias, pero ellos terminaban regenerando el poco daño que recibían casi de inmediato.
- Estas bestias... nunca serán capaces de entender la naturaleza de los seres mágicos... - Dijo aquella persona, quién termino mostrando su rostro.
Se trataba de un elfo oscuro, una variante de los elfos comunes que se ha visto corrupto por el uso continuo de la magia negra. Pero su imagen no era tan diferente a los demás miembros de su raza, luciendo una apariencia que las mujeres suelen considerar atractiva.
Cuando uno de los minotauros comenzó a prepararse para atacar al elfo, los golems que estaban a su alrededor los tomaron de las extremidades y comenzaron a jalar de ellos en diferentes direcciones.
- Me pregunto a que sabrá la carne de los minotaruos... Supongo que por su cuerpo musculoso su debe tratarse de una carne bastante dura. No, será en otra ocasión...
Entonces los golems terminaron por desmembrar a todas las bestias, quienes no pudieron hacer nada en contra de la fuerza de estos seres hechos de roca. El elfo se acerca hasta Cattleya, observando como respira con mucha dificultad.
- Estos monstruos casi han terminado de matarte. - Le dice el elfo, mientras le toma el rostro suavemente con sus manos. - Tal vez debería haber dejado que terminaren con su trabajo.
El brujo parece decepcionado por la existencia de la mujer, pero pronto nota en ella algo que ha llamado su atención. La ayuda a sentarse, haciéndole luego una inspección con su percepción mágica, llegando a encontrar algo que parecía interesarle.
- Tienes una mente completamente frágil y un cuerpo muy fuerte. Dos atributos que podrían servir a un bien mayor.
El elfo buscan en sus pertenencias algunos libros con inscripciones indescifrables, buscando el encantamiento que tenia en mente para este momento. Pero Cattleya no podía más, así que cayo al suelo con fuerza y tosió una cantidad peligrosa de sangre.
Su visión comenzó a verse nublosa y su corazón latía con fuerza. Eran los signos de que la muerte ya estaba llevándose su vitalidad.
Al notar esto, el elfo saco una especie de corazón putrefacto de sus pertenecías y la clavo como un puñar en el centro del pecho de Cattleya. Ella, tras un tiempo sin mostrar señales de vida, reacciono de golpe, levantándose mientras daba un grito muy fuerte.
- ¿Qué sucedió? - Se pregunta ella, luego de calmarse tras el fuerte grito que acababa de producir. - ¿P-por qué sigo con vida?
El elfo ignoro las palabras de la humana y continuo leyendo su libro. Tras decir algunas oraciones en una lengua antigua su cuerpo comenzó a retorcerse, como si algo lo estuviera poseyendo. La humana no sabe como lidiar con esto, así que lo ayuda poniendo su cabeza sobre sus piernas.
Luego de un rato los movimientos erráticos del elfo han terminado, dejandolo con unos ojos que irradiaban unas llamas de color verde fosforescente.
- La metamorfosis ha terminado... ahora pondremos a prueba ese cuerpo tuyo...
Unos tentáculos enormes comenzaron a salir del cuerpo del elfo, los cuales apresaron a la mujer quien aun con su fuerza recuperada no podía liberarse de ellos.
- Este es solo el calentamiento. Lo que realmente quiero saber es si tu cuerpo podrá resistir lo suficiente para algo más grande que nosotros.
El elfo comienza a penetrar a Cattleya por todos sus agujeros, gracias a los varios tentáculos que salían de su cuerpo, a excepción de su miembro, el cual usaría exclusivamente para emparejarse con el sexo de la mujer humana. Para este punto, todo el contenido que se encontraba anteriormente en su útero había sido extraído, pues el objeto mágico que utilizo en ella la fortaleció a tal punto que cualquier contenido extraño que estuviera previamente dentro de ella seria limpiado.
- Espera... ¿Tu también...? - Dice ella, dejándose llevar por el placer, mientras miraba tiernamente los ojos verdes del elfo. - ¿Tu también quieres hacerme tu mujer?
El elfo sonríe de forma arrogante, pues el propósito que tenia con ella era muy diferente al que podía imaginarse.
Mientras lo hacían, los tentáculos se retorcían dentro de la mujer, dándole una sensación de saciedad que estaba llevándola a la locura. Ademas de esto, los otros tentáculos que no habían conseguido penetrarla estaban azotandola como si de látigos se trataran, haciendo que la mujer sangrara un poco por las heridas que le dejaban.
- Eres el recipiente perfecto para mi experimento. Mujer humana, siéntete digna, pues dentro de ti nacerá el hijo del nuevo señor de la oscuridad.
Tras llegar al clímax, Cattleya es llenada por esperma de color verde, producto de la demonización de elfo oscuro. Es tanta la carga de magia que ingresa de golpe en ella, que su corazón estaba cerca de colapsar, pero aun con esto ella fue lo suficientemente fuerte como para soportarlo.
- Me alegra haberte encontrado. - Dice el elfo, mirando la cara de éxtasis de Cattleya. - Tu cuerpo es ideal para este procedimiento.
El elfo sonríe, sabe que sus experimentos en humanos hoy llegaron a su fin, pues había encontrado el recipiente perfecto para generar a la criatura infernal que superaría a cualquier humunculo que había creado previamente. Pese a que la fecundación había sido exitosa, el reciente poder demoníaco del elfo había alterado su mente, haciéndole querer continuar haciéndole el amor a la desafortunada humana.
Es de esta forma que este escenario se fue desarrollando con el pasar de las horas, escuchándose en aquel sendero los gemidos de placer de Cattleya y la risa maníaca del elfo, quien incluso se atrevió a besar apasionadamente a la humana.
El sexo con magia había dejado completamente agotada a Cattleya, teniendo que llevarla con ayuda de sus demonios dentro de su carruaje. Los cambios en su cuerpo, y la fortaleza que ella tenia por su entrenamiento anterior, le habían permitido desarrollar nuevos factores regenerativos ideales para albergar por nueve meses al nuevo señor del mal.
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Cattleya: Prisionera de las circunstancias
FanfictionLa guerrera Cattleya es capturada por diferentes seres y experimentara con ellos acercamientos propios de su naturaleza. (Contenido +18)