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CHIARA

L

adeó su cabeza para poder observarme mejor, y estoy segura que pudo notar mi nerviosismo, aunque me esforcé para no sacar mi vista de la carretera.

-Si algo- la miré unos segundos. Hizo una sonrisa de costado. Su ego ya se podía sentir en el ambiente.


-¿Cuánto del uno al cien?

Agarré el volante con las dos manos para evitar la humillación. Opté por no dar vuelta.

- Doscientos.

Río triunfante.

- Lo sabía.

-¿Lo qué?

-Eres una fan- remarcó la última palabra. Oh no, porfavor. La miré, estaba pasando su mejor momento. Se agachó en su asiento y revolvía entre sus pies como si buscará algo.

-¿Qué haces?-pregunté extrañada.

- Estoy recogiendo tu orgullo.

- Tonta-dije entre dientes. Bueno, ¿ahora le podía pedir que me cantará?

-"Ruslana soltera para siempre"- solté frenando la camioneta a un costado. Amagué a sacarme el cinturón y su cara de espanto me hizo reír.

-Chiara, era una broma...- la miré triunfante y se cruzó de brazos levantando una ceja divertida.

-Bien, si quieres jugar, vamos a jugar- me desafío. Volví a poner en marcha la Range Rover con una sonrisa en la cara, pude ver la suya también reflejada en el vidrio. Bueno, después de todo pasar el rato con una superestrella no estaba tan mal.


















Nos encontrábamos tomando un café y compartiendo una porción de torta en un Starbucks en las afueras del local, con la chica de la caja y la de detrás del mostrador que no dejaban de mirar a Ruslana.

-Voy a aceptar-dijo. La miré estupefacta- No debe ser tan malo, ¿no?

mis labios no podían decir nada.

-Mi madre me llama sólo para decirme que me controlé con los excesos- carcajeó melancólica- Creo que con esto la dejaré más tranquila.

-¿Y no sería mejor que le alejaras de la noche, el alcohol y las mujeres?-pregunte irónica. Mi malhumor ya se podía notar.

- Voy a tener que hacerlo de todas maneras. No tienen sentido que en una nota de televisión digan que estoy contigo y luego me vean saliendo de una discoteca con dos chicas- exclamó siendo obvia- Además, teniéndote a ti, tengo un motivo para hacerlo. De otra manera, no, me sería aún más difícil.

Suspiré y jugué con la cuchara de mi taza.

-Aparte de que... necesito a alguien con quién pasar el tiempo aquí.

Se le notaba melancólica, ¿estaría sola en el país? Sola igual que yo

-¿No te aterra?-le pregunté sin vueltas. Me miró confundida.

-¿Qué cosa?

-Esto. Estar hablando de esta forma de una relación. Estar tratando el tema, como si fuera un negocio- estaba atónita pero ella me miraba tranquila.

-¿Qué es lo que más te preocupa?- preguntó. Estaba tan acostumbrada a ser una superestrella que no se podía poner un segundo en mi lugar.

-No lo sé...mi familia ¿te parece normal mentirle a tu familia de esta manera?- su cara se transformó.

-Supongo que podemos hablarlo con Manu y Noemí luego- ahí está otra vez, negocios. Asentí para complacerla.-¿Qué sabes de los paparazzis locales?- preguntó cambiándome de tema.

-Leí que son insoportables.

-No te puedes imaginar- dijo. Al menos me lo estaba advirtiendo- de hecho, hay uno allí, al costado de mi camioneta- río y me señaló a través del vidrio.

-Eso es bueno, supo- agregué nerviosa. - Significa que estamos haciendo las cosas bien, ¿no?- ella me asintió con una sonrisa-¿Y que hay de tus fanáticas?- pregunté, ese tema me tenía mal. Ella levantó una ceja extrañada.

-No te preocupes por eso, de ellas me encargo yo.

FAKE || RUSKIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora