FAKE || RUSKI

07

CHIARA

Puse mis ojos en ella. Realmente me gustaba, ¿por qué no podía haber sido todo normal? Porque no te hubiese dado ni la hora, me respondí a mi misma.

-No pensé que iba a ser así. Pensé que sólo íbamos a salir, pasar el rato juntas y ya está-Sonrió- Nunca me imaginé que íbamos a viajar, subir a un avión, aguantarte todo un viaje entero...-dije para aliviar el ambiente. No me la tenía que agarrar con ella tampoco.

-¿Sabes, que sólo sería una hora, no? Máximo dos si todo se atrasa, pero no es tan malo.

Malo, no, malísimo.

Suspiré de una manera extremadamente exagerada. Ella me miró divertida. La odiaba por ser tan relajada.

-¿Cuándo se supone que...?

¿Qué nos vamos? ¿Qué viajamos? ¿Qué, qué, qué?

Se encogió de hombros.

-No hay apuro. Controlo mis tiempos en ese sentido. ¿Cuándo te gustaría irte?

-Nunca- dije y me miró seriamente.

-No es una opción- bajé la mirada-¿La semana que viene? ¿o quizás la otra? ¿qué te parece?- asentí. Me daba igual.

-¿Dónde voy a vivir? ¿Qué tendría que hacer con este departamento?

-Conservalo, supongo- dijo mirando a su alrededor, imitándome-Podrás venir cuando quieras. No vas a estar presa, Chiara, no seas dramática- reí.

-¿No puede ser al revés? ¿vivir acá e ir allí cuando quiera?- hizo una mueca extraña.

-Si eso es lo que quieres...

Lo pensé. De todas formas, tampoco tendría sentido. Nos habíamos estado mostrando juntas prácticamente todos los días. No podíamos dejar de salir por dos semanas para exponernos solo un día.

Se dió cuenta que lo estaba pensando.

-No, no se puede- comenté. Ella asintió dándome la razón.

-Creo que voy a irme- se levantó de golpe y dejó la libreta en el sillón.

-¿No vas a llevarte tus apuntes?- pregunté sarcástica. Ella sonrió ante mi carácter.

-Chiara, era todo chiste. ¿En serio creíste que sería tan frívola como para anotar tus respuestas y memorizarlas luego?- cuestionó.

Bueno sí, eso era exactamente lo que había pensado.

La ví negar con la cabeza algo frustrada. Caminó hacia la puerta obligándome a seguirla. La abrió ella misma, está realmente desesperada por salir de aquí.

-Bien, supongo que nos vemos en estos días- asentí acercándome a su mejilla para saludarla-Nadie te obliga a hacer esto, Chiara. Recuérdalo. No hay presiones- susurró en mi odió para luego besar mi mejilla y desaparecer.

Volví al sillón consumida. No sabía que hacer, ni a donde ir.

Me gustaba pasar tiempo con Ruslana. Me gustaba Ruslana, de hecho. Pero no se trataba solo de eso como lo había pensado. ¿Viajar juntas? ¿Ir a vivir a otro lado solo para que la gente nos viera pasar el rato?

¿Qué seguiría después?

¿Casarnos? ¿Adoptar 2 niños, cuatro perros y siete gatos?

Miré al techo.

Nada de eso era normal, ¿o sí? ¿estás cosas pasaban en el mundo de la fama?

Que asco.

Dormí todo lo que pude. Como si el sueño calmara mis miedos.

Me levanté sólo para darme una relajante ducha y tomarme un café antes de ir a la cama.

Por un momento. Salí de mí y me ví.

Observando el techo, con la mirada perdida. En la cama, sola, siempre sola.

A la tarde me había llamado mi madre, desesperada, preguntándome por qué tenía que enterarse que tenía novia por la televisión. Mi corazón se destruyó. Opte por no mentirle y decirle que le comentaría sobre eso luego.

La puse al tanto de mis entrevistas, de mis cosas. Deseaba tanto poder compartir esto con mi familia. Llegar de una sesión y sentarme en la mesa junto a ellos para comentarles como había sido.

¿En qué momento mi vida se había convertido en esto?